viernes, 16 de mayo de 2014

MUERTAS SIN GLAMOUR . Capítulo 1. EL LOBO (Quinta Parte).

SORPRESA SORPRESA

Clavelina Flowers aún se encontraba alucinada debido al descubrimiento del pequeño "don" de su chófer David Salamanca. Sin duda aquella habilidad especial del joven era un arma extraordinaria para ayudar a resolver aquellos casos. Justo cando David retiró la mano de la mano de Clavelina el timbre de la puerta sonó con fuerza. 
Diiiiingggg Doooonnnggg !!!!!!!
 
- !Aaaaaaa Sorpresa Sorpresa¡.- Gritó sonriente y aplaudiendo Rita P.- No me digáis que no os recuerdo un tanto a esa presentadora que presentaba el programa "sorpresa sorpresa".
- ¿Te refieres a Isabel Gemio?.- Preguntó Margarita sin comprender nada y menos aún qué clase de sorpresa podrían recibir con el cuadro que teníamos en aquellos momentos. Dos asesinatos y una desaparición.
- Si, esa misma pero sin ese gesto en la cara de mal follada y de hija de puta.- Rita P contestó mientras se dirigía hacia la puerta de entrada. 
- Sorpresaaaaaa.- Al abrir la puerta ambas gritaron a la vez. Eran Mary Joe y su novia la exmonja y ahora reconvertida en top model Agatha Klein.
- !Cielo santo que hacéis aqui¡.- Exclamó Margarita Rotemberger
Clavelina Flowers miró a mi abuela.
- Más locas ayudando.- Lo dijo con cierto tono de burla.
- Pasad pasad chicas. Cuanto me alegro de volver a verte Mary Joe. Y tu siempre tan fascinante querida Agatha.- Las recibí con un fuerte abrazo.
- Bienvenidas guapas.- Contestó mi abuela.
- A mi plin.- Contestó Margarita Rotemberger.- Esto va a parecer el grupo de los X-Men con la Masa incluida, señaló a Rita P mientras se terminaba su copa de whiskey. Tanta gente sobra y más aún si no están en su sano juicio.
- Anda que la que fue a hablar.- contestó Rita P comentando por lo bajo.- "So borracha".
- Clavelina te presento a Mary Joe y Agatha Klein. Mary Joe es hija de Rita P y Agatha es su novia.- Me acerqué a Clavelina para realizar las presentaciones más correctamente.
- Encantada chicas. Sois bellisimas.- Dijo Clavelina con sinceridad. Era algo inusual en ella.
- Estoy segura que lo ha dicho con segundas.- Comentó Margarita a una de las chicas de servicio que recogía la mesa del desayuno.- Esta detective no da puntada sin hilo.
- Estoy nerviosísima con todo esto.- Comentó Mary Joe entusiasmada. Cuando se dio cuenta de que Carmen Polo lo estaba pasando muy mal su entusiasmo sobraba en aquellos instantes o al menos debería guardarlo para si misma.- Oh cielo cariño siento mucho todo lo que está pasando.- Dijo Mary Joe a Carmen Polo abrazándola con fuerza.
- Si, lo sentimos mucho Carmen. Es todo un horror. Es como una pesadilla.- Comentó Aghata.
- No es una pesadilla es una realidad aplastante.- Contestó Clavelina Flowers.
- Y la llave. ¿Donde está la llave?.- Me pregunto Mary Joe directamente con tanto énfasis que todas se quedaron mirándome fijamente.
- Eso, eso. ¿Y la llave?.- Pregunto Margarita.- Te acabas de meter en un buen lío Macarena, Macarenita.
Mary Joe sin saberlo acababa de descubrir mi pequeño secreto.
- ¿Pero a qué llave te refieres Mary Joe?.- Pregunto Carmen Polo.
- Me lo has quitado de la boca querida.- Contestó Clavelina Flowers.- Su gesto denotó un cierto aire de fastidio por haberle ocultado información del caso. Supo desde el primer momento que tantas locas juntas no le ayudarían en nada a resolver el caso.
- Bueno verán.- Intenté explicarme.- Déjeme que lo explique. Es que no podía decirlo hasta que abriese el cofre.- Contesté en tono de sincera disculpa.
- Recibió una llave por mensajería la misma mañana que recibisteis la carta lacrada de Carmencita Polainas.- Dijo Mary joe.
- ¿Y tú como diablos sabes todo eso?.- Pregunté un tanto indignada.
- Lo escribes todo en tu diario.- replico Mary Joe como si ella no tuviese culpa de nada.
- Y se puede saber como has leído mi diario.- Conteste muy irritada.
- Pues abriéndolo y leyéndolo. Que cosas mas raras tienes Macarena.- Dijo Mary Joe.
- Eso es obvio Mary Joe.- Me mordí la lengua.- Me refiero a ¿cómo pudiste entrar en  mi casa?.- Pregunté.
- !Que tonteria¡. Pues como todas lo hacemos cuando no estas. Por la ventana. Mi madre me dijo que ella lo hacia y una vez necesitaba urgentemente unos zapatos de Prada. Llamé a tu puerta pero no estabas, ni tu ni Mila Jorovovich así que me acordé de lo que dijo mi madre. Por cierto tengo que devolverte los zapatos.
- Por favor ¿puedan parar de hablar tan seguido?. Me estoy mareando. ¿Tienes una llave que abre un cofre y no nos has dicho nada?.- Me pregunto Clavelina Flowers.
- En mi defensa tengo que decir que yo no asalto casas ajenas y menos saltando por una ventana, es tan vulgar. Yo tengo una copia de las llaves y tengo la contraseña de la alarma para desactivarla y desactivar las cámaras de vídeo vigilancia. Yo soy más chic, más de clase alta y eso se nota en estas cosas. Solo quería decir esto para que quede constancia.
Todas miramos a Margarita verdaderamente sorprendidas, no por el hecho de tener una copia de las llaves de mi casa y de cómo había conseguido la contraseña para desbloquear la alarma y las cámaras de vídeo vigilancia, sino comentar algo así en medio de aquel caos.
- Macarena sabrás que has puesto en peligro la vida de mi madre.- Comentó Carmen Polo. 
- Sólo seguí los deseos de tu madre.- Contesté a Carmen.
- ¿Y cuando pensabas decírnoslo?.- Pregunto Clavelina.
- Pues cuando leyese el diario de Carmencita Polainas y estar segura de proteger su intimidad. Eso fue lo que me mando Carmencita Polainas. Leer yo primero su diario y que arrancase las páginas donde la historia subiese de tono para no dañar la sensibilidad de su hija. Yo solo hice lo que me mando Carmencita. Con tanto trajeo no me ha dado tiempo de leerlo aún. Sé que es lo primero que tuve que hacer nada más cruzar por la puerta pero estaba rodeada de un montón de locas !!! .- Grité como una histérica, la presión pudo conmigo. 

EL DIARIO SECRETO DE CARMENCITA POLAINAS. Y NO ES PRECISAMENTE EL DIARIO DE NOA.
Subimos todas en silencio hacia el dormitorio de Carmencita Polainas. Yo me dirigí hacia el armario. Abrí sus puertas y retiré los vestidos que estaban colgados en perchas de madera. Tras los vestido y en el armario se podía apreciar una especie de caja fuerte. Y saqué la llave. 
La misma llave que recibí horas después de la primera carta que todas pudimos leer en mi casa donde Carmencita nos pedía ayuda. La llave tenia forma de corazón y la cerradura de aquella especie de caja fuerte también, así que introduje la llave lentamente y la caja se abrió ligeramente con un click.
Todas se colocaron a mi espaldas deseosas de ver lo que estaba haciendo. El olor a perfume Chanel en aquella habitación cerrada era casi insoportable.
- Por favor abrir la ventana. Me estoy asfixiando.- Comenté entre nervios.
Saqué del interior de aquella caja fuerte un pequeño cuaderno. En la portada del mismo se podía leer escrito a mano con la letra de Carmencita Polainas: Mi Diario. Abrí la portada y comencé a leer.
Estuvimos dos horas leyendo aquel diario personal de Carmencita Polainas. Fuimos turnando en su lectura. Al terminar Clavelina Flowers se levantó de donde se encontraba sentada.
- Vaya. Una vida nada fácil la de tu querida madre.- Dijo mirando al suelo.
- No, nunca fue fácil su vida.- contestó Carmen Polo que ahora sabía todas las intimidades de su madre.
            EL DIARIO DE CARMENCITA:
Básicamente pudimos descubrir de carmencita Polainas que estuvo enamorada de un hombre. Que su Madre hacía todo lo imposible para que ese amor no fluctuase. 
Carmencita Polainas relataba en su diario cuando se quedó embarazada de Carmen Polo y su querido amor se negó a aceptar que él era el padre. También supimos de mano de su letra que también otras dos chicas más de la ciudad de Andújar se habían quedado embarazadas del mismo hombre, de su novio. Carmencita Polainas pudo averiguarlo todo ya que esas dos mujeres que se habían quedado embarazadas de su novio eran sus dos mejores amigas. Paquita Fernández y Luisa Pérez. 
Cuando las tres supieron lo que aquel cerdo había hecho con ellas estuvieron a punto de vomitar. Resumía con sus propias palabras que las tres tuvieron que salir del pueblo de Andújar como apestadas por sus propias familias. Aquello era una desonrra y las familias no podían permitir todo aquello. ¿Qué dirían las vecinas?, ¿Qué diría todo el pueblo?. Las tacharian de PUTAS. Así que decidieron marchar del pueblo y comenzar una nueva vida. Mientras el padre de sus hijas permaneció en el pueblo sin que nadie se enterase de que el era el padre de tres criaturas. Las tres muchachas decidieron no revelar jamás el nombre de un cerdo misógino que sólo las había utilizado para sexo prometiéndole con mentiras ideas de matrimonio y felicidad. Prometieron bajo ningún concepto que sus hijas supiesen la identidad de su padre biológico. Las tres amigas embarazadas tuvieron tres preciosas niñas.
- Vaya, vaya, vaya. Menudo ejemplar.- Dijo Clavelina Flowers.
- ¿Un cabrón así es mi padre?.- Se preguntó Carmen Polo más así misma que a las allí presentes.
- Bueno pienso que hemos recogido una información muy valiosa. El padre de carmen Polo sigue en Andújar si no ha muerto ya. Según relata Carmencita Polainas en su tiempo debía de tener un puesto fijo de trabajo pues recibía regalos que un jornalero no podría haber comprado. Descartamos a todos los hombres mayores de 55 años sin un puesto de trabajo fijo. Ahora estoy pensando en la misiva que nos dejó Carmencita Polainas cuando fue secuestrada.
- El comisario ha dicho que no se puede hablar de secuestro.- Comento Margarita Rotemberger.
- El comisario como la mayoría de comisarios que se ven obligados a ceder su poder a una mujer como yo.- Dijo Clavelina Flowers.- Son unos auténticos gilipollas. Si no es capaz de aceptar que Carmencita Polainas ha sido víctima de EL LOBO, es que es  tonto o sordo o ambas cosas. Y ese comisario no tiene nada de tonto ni de sordo.
Carmen Polo no pudo soportar más toda aquella situación. Todos los secretos intimos de la vida de su madre que acababa de descubrir. La desaparición, el nerviosismo de no saber nada. Carmen Polo sabía perfectamente que su madre estaba en manos de ese asesino apodado El Lobo y encima estábamos sin pistas como al principio.
- Eso no es cierto.- Comentó Clavelina Flowers. No estamos como al principio querida. El diario de Carmencita Polainas me ha hecho pensar muy seriamente sobre el hombre misterioso que dejó embarazadas a las tres amigas. Estamos ante un violador.- Clavelina Flowers se quedó quieta frente a la ventana mirando como llovía.- Pero un violador no suele descuartizar o matar de la forma que mata nuestro asesino. Con todo lo cual vuelvo a la misiva que nos dejó Carmencita Polainas y esas palabras misteriosas: LA SEMILLA DEL DIABLO. HUYE CARMEN. 
Yo he visto un par de veces la película de Roman Polanski y he leído el libro de Ira Levin "La Semilla Del Diablo" o en ingles "Rosemary´s Baby". El libro como la película trata sobre un complot. Quiero decir que hay varias personas involucradas en todo este caso. No sólo hay un asesino que por azar mata a tres mujeres que fueron embarazadas por un cabrón misógino, sino que alguien más sabe todo lo que esta sucediendo, incluso me atrevería a afirmar que está encubriendo al asesino.
- ¿Quieres decir que todo lo que está pasando es un complot?.- Preguntó mi abuela muy interesada en cada palabra que pronunciaba Clavelina.
- No es exactamente eso.- Clavelina se dio la espalda y dejó de mirar a través de la ventana para mirarnos fijamente a todas.- Quiero decir que existe un asesino arropado por alguien. Alguien sabe todo lo que está haciendo el asesino y lo está encubriendo.
- Si, pero ¿Quién?.- Pregunto desesperada Carmen Polo.
Clavelina Flowers suspiró profundamente en su rostro se reflejaba impotencia.
- Todavía no lo sé cariño.- Contesto a Carmen Polo.- Pero de lo que si estoy segura es que tú estas en peligro al igual que las hijas de Luisa Pérez y Paquita Fernández. Ahora mismo no podemos hacer nada más por tu madre. Espero que lo comprendas Carmen. Debemos poner toda esta información en manos de las hijas de las víctimas y debemos traerlas aquí. Creo que el asesino quiera matarlas a ellas también. Incluida tú misma Carmen.
- Clavelina. ¿Crees que el asesino es el padre misterioso de Carmen Polo?.- Pregunté lo que con franqueza todas estábamos pensando.
- No exactamente Macarena. No exactamente debe ser el asesino. ¿Un hombre de más de 55 años de edad?, yo diría que más de 60 años de edad no puede despedazar cuerpos humanos con tal brutalidad y a la vez con tanta facilidad. Según los informes del forense los cortes y desmenbramientos fueron muy precisos. Eso está hecho por alguien más joven. No tengo referencia de un asesino en serie mayor de edad que haya cometido ese tipo de espeluznante salvajismo. A partir de cierta edad los asesinos en serie matan diferente. Todos son motivados por un impulso sexual mal sano. Pero la brutalidad en sus actos, quiero decir cuando el asesino es tan brutal su edad media está entre los 20 años y los 40.
- Conspiración.- Pronunció Rita P con un tono de voz serio y misterioso, como de culebrón de telenovela velezolana.



TENGO UN PLAN 
Clavelina Flowers se cambió de vestido. Bajó las escaleras. Su expresión de rostro era de preocupación.
- Tengo un plan.- Comentó a todas mientras la esperábamos en el salón.
- Maravilloso Clavelina. ¿Y se puede saber cual es ese plan?.- Preguntó Rita P.
- Es sencillo. Eso espero.- Clavelina miró específicamente a Rita P y Margarita Rotemberger.- Macarena, Margarita y Rita P irán a comisaria. Tendréis que pedir los informes forenses de las víctimas. La señora Marquesa, Carmen Polo y yo iremos a la casa de Luisa Pérez y Paquita Fernández. Vamos a tratar de convencer a sus hijas que esta casa es el mejor sitio donde pueden estar ya que corren peligro. Tú Aghata no quiero que salgas de casa para nada. No te asomes a las ventanas. Nadie te puede ver. De echo tengo una pregunta. ¿Quien te ha visto al llegar a la ciudad?.
Agatha pensó un instante.
- Creo que solo nos vio el taxista que nos trajo a casa.- contestó
- Si yo también estoy segura. Sólo había un taxi en la estación de trenes, era el taxi numero 13.- Comentó Mary Joe.
- Bien, solo una persona ha visto a un bellezón de portada de Vogue. Ya estará circulando por toda la ciudad.- Contestó Clavelina un tanto apesadumbrada.- Pero bueno lo intentaremos. Agatha, no salgas de la casa para nada. No puede verte nadie.
- ¿Y yo que hago?.- Preguntó Mary Joe.
- Estoy segurísima que sabrás hacer muchas cosas con Agatha en una casa vacía durante un par de horas.- Contestó Margarita Rotemberger.- Son lesbianas sabe!. Informó a Clavelina algo que ya era obvio.
Clavelina sonrió normalmente y se fijó en el traje de Margarita.
- !Por Dios qué traje tan precioso llevas¡.- Exclamó Clavelina poniendo un tono de frivolidad en su forma de expresarse. Otra vez algo inusual en ella.
- Ah! es un trapito de nada. Un Chanel de última temporada.- Contestó Margarita sonriendo abiertamente utilizando esa caída de pestañas que le otorgaba cierto misterio de dama sofisticada.
- Tengo un broche de diamantes que le iría fenomenal. Lo bajo ahora mismo y te lo presto.- Comentó Clavelina mientras subía las escaleras hacia su dormitorio de dos en dos.
- !Un broche de diamantes has dicho¡.- Contestó Margarita. Vaya un broche de diamantes.- Margarita sonrió.- Queda claro quien es la preferida de la señorita Clavelina.- Dijo a todas las presentes.
Segundos después Clavelina le colocó el broche de diamantes en la solapa del traje Chanel de Margarita.
- Es una preciosidad.- Sonrió Margarita.
- Es Egipcio.- Contestó Clavelina.
- Es fabuloso.- Contestó Margarita.
- Bien. ¿Todas sabemos ya lo que tenemos que hacer?.- Preguntó por ultima vez Clavelina.
- Margarita, Rita p y yo vamos a la policía para pedirle al comisario los informes forenses y mientras ustedes trataran de convencer a las hijas de las víctimas que corren un grave peligro y que estar aquí con nosotras es la opción mejor para ellas.
- Esacto, es básicamente eso. ¿Es sencillo no?.- Preguntó Clavelina temiendo que alguna de ellas fastidiase algo tan fácil de hacer.
- Claro, clarísimo, clarinete señorita Clavelina.- Contestó Margarita Rotemberger.

TRES MUJERES UN TAXISTA UNA INSENSATA Y UNA BOTELLA DE WHISKEY
Margarita Rotemberger llamó a un taxi para que las recogiera de casa. Pidió el número 13.
- Nos estamos saliendo del plan.- comente.- No creo que esto le guste a Clavelina.
- Por Dios Macarena sólo estoy llamando a un taxi. No me apetece andar nada y hace un tiempo espantoso. No tengo ganas que se estropeen estos zapatos de de Gucci.
- Bueno supongo que no es salirse del plan solo ahorrar tiempo.- Comenté.
- Pues claro mujer.- Contesto Margarita Rotemberger.- Mirar ahí viene el taxi número 13.- Margarita sonrió levemente mientras cogía su bolso entre ambas manos como si dentro de él llevase un gran secreto.
Entramos las tres en el taxi. El taxista se quedo mirándonos un poco perplejo. Imagino que no estaba acostumbrado a ver a tres mujeres como nosotras. Precisamente no pasábamos desapercibidas con nuestro modelos y aquel broche de diamantes que le había prestado Clavelina a Margarita.
- ¿Por favor nos lleva a la Policía Nacional?.- Indiqué
- Ahora mismo señoritas. Veo que no son de Andújar pues la comisaria está a tan solo dos calles de aquí. Dijo el taxista.
- Verá es que no tenemos ganas de andar. Estamos exhaustas del viaje desde Madrid.- Comento Rita P.

Y todo lo que sucedió después pasó como a cámara lenta:

Margarita Rotemberger se encontraba sentada tras el taxista. De su bolso sacó una botella de whiskey vacía. La alzó y golpeó al taxista en la cabeza. El hombre cayó desmayado en el acto.
- AAAAAAAAA !!! Dios mío, dios mío.
- AAAAAAAAAAAAAa !!! ¿Pero que has hecho?
- Callaros ya escandalosas. ¿Quereis que la gente se fije en nosotras con vuestros gritos de histéricas?.
- Pero Margarita acabas de darle un botellazo al taxista. ¿Pero qué te ha hecho el taxista?.- Pregunto Rita P completamente alucinada.
- Ah! se ve que no estáis aprendiendo nada de la gran Clavelina. Este taxista es el único que vio a Agatha llegar al pueblo. Le he dado un botellazo en la cabeza para ser más precisa en una zona esacta de la cabeza y con la fuerza suficiente como para no matarlo pero sí crearle una perdida de memoria. Con suerte no podrá reconocer a Aghata o en su defecto hablar de que esta mañana a primera hora recogió en su taxi a una belleza que le recordaba a una modelo que sale mucho en anuncios de televisión.- Margarita guardó la botella de whiskey en su bolso Chanel.
- Dios santo esta loca. ¿Cómo sabes que no lo has matado?.- Pregunté terriblemente asustada.
- Cariño llevo practicando este arte desde hace años. Cuando mis maridos multimillonarios octogenarios sospechas o saben de alguna de mis infidelidades le arreo con una botella en la cabeza en una zona y con una fuerza que solo la destreza de hacerlo muchas veces te da. Así olvidan que les he puesto los cuernos y mi matrimonio sobrevive a esa pequeña crisis.
- Esta loca.- Contestó Rita P como si por primera vez lo dijese completamente en serio.
- Ahhh no seais "tiquismiquis" vamos no es para tanto. Os aseguro que este hombre despertará de aquí a una hora y no recordará nada. La señorita Clavelina estaba molesta porque alguien había visto a Aghata llegar a la ciudad. Por algo será ¿no creen?. Bien pues yo acabo de resolver el problema. Encima que colaboro en la investigación. Deberíais aplaudirme en vez de poner esas caras de rancias, esas caras de ladillas de váter de carretera. Dejar de mirarme así y salir ya del taxi, aquí huele a humanidad por Dios no lo soportó más.
Todo fue tan astracto que hicimos por primera vez lo que Margarita Rotemberger nos ordenó. Salimos del taxi, cerramos la puerta y nos dirigimos andando hacia comisaria. Por primera vez parecia qe Margarita Rotemberger se comportaba como una autentica mujer normal, tomando ella misma el mando de la situación. La lástima es que simplemente lo parecía.

 

EL BROCHE PRODIGIOSO
Tan solo tuvimos que caminar dos calles para llegar al edificio de la Policía Nacional. 
Yo no comprendía muy bien cómo Clavelina Flowers nos había enviado a nosotras para pedir algo tan delicado como los informes forenses de las dos víctimas del El LOBO. También me preocupaba la reacción del comisario Jefe Don Salvador Castro ante nuestra petición. Estaba segura que se negaría. Lo extraño de todo es que yo también pensaba que Clavelina Flowers sabía que el comisario Salvador Castro también se negaría a darnos esos informes. Entonces ¿porqué mandarnos a nosotras a aquella misión imposible?.

Mientras en la casa de Carmencita. Clavelina abrió su portátil apple. Juntó a todas las presentes al rededor del monitor del portátil. Podía ver una imagen en negro y el símbolo de Chanel.
- Si esa burra no retira el bolso de la visión de la cámara no vamos a ver nada.- Comento nerviosa Clavelina.
- ¿Has mandado a las chicas con una cámara a la policía?.- Pregunto Mary Joe.
- Si. El broche que le he prestado a Margarita no es de diamantes. No estoy tan loca. Es un broche con una mini cámara oculta. Quiero ver lo que opina de mi el señor Salvador Castro y lo que opina en general de nuestra intromisión en el caso de los asesinatos. Pero si esa burra de Margarita no retira el bolso de su pecho, no vamos a ver nada, solo tendremos audio. Yo quiero ver la expresión del comisario jefe.
- ¿Sospechas algo sobre él?. Pregunto el chófer David.
- Ahora mismo querido David sospecho de todo el mundo. Incluso de ti mismo.- Clavelina miró a David y sonrió.- Ni se te ocurra volver a tocarme las manos.- Dijo Clavelina sin dejar de sonreír ligeramente.

- Señor Comisario Jefe.- Dijo Margarita Rotemberger bajando su bolso. Por fin en la casa Clavelina y todas los presentes pudieron ver la imagen clara y nítida en la pantalla del ordenador.- Queremos los informes forenses de las dos asesinadas. Los informes de Luisa Pérez y Paquita Fernández.
- ¿Cómo dice usted?.- Contestó Salvador Castro.- ¿Pero quienes se han creído ustedes?.
En ese momento decidí intervenir.
- Mire señor Salvador. La señorita Clavelina Flowers tiene pleno acceso a toda la información del caso. Usted lo sabe perfectamente. Las ordenes vienen directamente del departamento del FBI en España. Su deber es dejarnos esos informes ya que la señorita Clavelina no puede venir a recogerlos ella misma. Está estudiando el caso con meticulosidad extrema y no puede perder el tiempo haciendo recados que nosotras podemos hacer perfectamente.
- Siento decirles que tanto los informes forenses como todo el sumario de los casos han desaparecido.- Contestó Salvador Castro sin expresar el mínimo sentimiento de preocupación.
- ¿Cómo dice usted?.- Pregunté aterrorizada.
- Pues como lo oye señorita. O quiere que se lo de por escrito.- El comisario jefe llamó por teléfono a uno de sus compañeros. a los cinco minutos entraba un joven policía.
- Sí digame señor.
- ¿Puede explicarle usted señor Alfonso qué es lo que ha ocurrido con los informes de los asesinatos de El Lobo?
- Pues verán señoritas. Han desaparecido. Simple y llanamente. No lo encontramos.
- ¿Es suficiente nuestra explicación?.- Preguntó el Comisario Jefe.
- Si, está claro. Lo que no se si lo estará para la señorita Clavelina Flowers.- Contesté en tono amenazador.
- ¿Quien, esa pija de ciudad aspirante a detective?.- Preguntó Salvador Castro a mono de burla.
Mientras en la casa de Carmencita Polainas todos los allí reunidos podían ver las secuencias en la pantalla del ordenador, gracias a la cámara de vídeo que llevaba Margarita en forma de broche.
- Será cabrón.- Comentó Clavelina Flowers.
- ¿Que quiere decir con eso de que han perdido los informes?.- Preguntó carmen Polo preocupada.
- Pues cariño que este señor, el comisario jefe nos quiere joder. No cuenta que todos los informes fueron fotografiados cuando me dejaron a solas con ellos. Los tengo en mi GMail.- Clavelina sonrió pero aquel desprecio que había mostrado el comisario jefe en el caso, aquella mentira obvia sobre la perdida de los informes de los asesinatos no hacía otra cosa en Clavelina que levantar serias sospechas.
Mientras el comisario Don Salvador Castro tuvo que dejar a las chicas solas en su despacho. Un rumor de ultima hora sobre EL LOBO corría por los pasillos de la comisaría. Así que Rita P, Margarita y yo nos quedamos solas en el despacho del el inexpresivo comisario jefe.
Margarita se encontraba mirando una repisa repleta de libros.
- ¿Qué encuadernaciones más preciosas?.- Comentaba.
De repente una voz que salia de la nada le dijo a Margarita:
- Oculta el broche en el despacho del comisario.
Margarita se quedó pálida. Me miro aterrorizada y se dirigió paso a paso como quien teme no hacer ruido al pisar cristales rotos hacia mi.
- Macarena. ¿A ti te habla Dios?.
- Pero qué dices. A mi no me habla Dios porque entre otras cosas soy atea.
- ¿Y tu conciencia, te habla tu conciencia?.- Preguntó Margarita sin retirarsele aquel color pálido de su rostro como si hubiera visto un fantasma.
- Si claro. Mi conciencia me habla.- contesté sin tener idea de lo que le ocurría. Rita P aseguro que ya debía de estar borracha.
- ¿Pero cuando la voz de tu conciencia te habla se parece a la voz de Clavelina?.- Preguntó Margarita.
- ¿Cómo dices?.- Pregunto Rita P. 
- Juro que alguien me ha hablado. Lo he oído perfectamente.
- Que has escuchado si se puede saber.- Comento Rita P.- Esta va a peor Macarena, yo lo aviso. Esta va a peor. Tu adicción al alcohol y a las bezociacepinas te van a llevar al manicomio.
- Margarita cariño concentrate. ¿Que es lo que has escuchado exactamente?.
- Pues exactamente una voz femenina muy parecida a la voz de Clavelina me ha dicho: "Oculta el broche en el despacho del comisario".
La verdad que era extraño todo lo que nos estaba contando Margarita. Antes de seguir con la conversacion le registramos el bolso por si llevaba mini botellitas de alcohol o pastillas relajantes. Nada, el bolso estaba limpio, solo la botella vacía de whiskey con la que había golpeado al taxista.
- Pues no está bebida.- Dijo Rita P como sin comprender entonces qué es lo que le sucedía a Margarita. ¿Que extraño, está sobria?.
Una pequeña luz se reflejó en las gafas de Rita P. La luz roja provenía del broche que llevaba puesto Margarita, el broche que le había prestado Clavelina. Una luz roja y parpadeante casi inapreciable.
- ¿Que es esto?.- Me pregunte para mi misma y en ese preciso momento una voz salió del broche.
- Ocultar el broche en el despacho del comisario. Va a regresar de un momento a otro.
- ¿Clavelina?.- Pregunté un tanto asombrada.
- Si Macarena. Soy Clavelina. El broche es una mini cámara con medio de trasmisión. Dejar el broche rápido.
- Osea que no estoy loca.- Margarita me miró fijamente.- Ni borracha.- Miró a Rita P.- Osea que Clavelina me manda a la policía con una cámara oculta, será hija de puta. He estado a punto de matar a un pobre taxista, me dejo el pellejo en este caso y es así como me lo paga. ¿Mandandome como chivo espiatorio?.
-Un momento.- Dije asustada.- Cómo es eso que casi matas a un pobre taxista. Tu nos dijiste que sabias perfectamente lo que hacías al darle con la botella en la cabeza.
- Bueno mujer, exactamente, exactamente es una palabra con un amplio esprectro de interpretación.
- ¿Quieres decir que le has arreado un botellazo en la cabeza a un hombre y que es posible que lo hayas matado?.- Preguntó Rita P.
- Bueno, espero no haberlo matado.
- Pero no era un practica que realizabas con extrema destreza so cabrona, loca que estas realmente loca.- Gritó Rita P.
- Destreza, destreza, es una palabra con un amplio esprectro de interpretación.
- La madre que te parió. Yo la mato aquí mismo. La mato.- Rita P estaba a punto de coger a margarita del cuello para estrangularla con sus propias manos cuando Clavelina volvió a hablar por el broche.
- Hemos perdido cobertura. No sabemos lo que estáis hablando y la señal de vídeo se pierde. Solo puedo decir si me escucháis que ocultéis el broche en el despacho del comisario y salgáis de ahí inmediatamente.
Arranqué el broche del vestido de Margarita y lo dejé sobre una estantería oculto entre dos libros y salimos del despacho sin despedirnos de nadie. Salimos con la sensación de ser espías sacadas de una película de esas de la KGB.


SEGUNDA PARTE DEL PLAN
David Salamanca ya tenia preparado el coche. Clavelina Flowers y mi querida abuela se dirigían a la casa de las hijas de las asesinadas Luisa Pérez y Paquita Fernández. Debían convencerlas que estaban en peligro y que pasar un tiempo en nuestra especie de campamento que es en lo que se había convertido la casa de Carmencita Polainas era la mejor opción.
Antes de salir de casa mi abuela abrió un cajón de una mesita que se hayaba en la entrada de la puerta. Le llamó la atención que el cajón estaba semicerrado. Dentro había una pequeña agenda. La repasó por lo alto y algo le llamó la atención.
- Mira esto Clavelina. Aquí hay una anotación el día de la desaparición de Carmencita Polainas.
Clavelina cogió el blog de notas y leyó despacio.
El día de la desaparición de Carmencita un instalador de gas tenia que revisar la caldera de la casa. El instalador de gas no pudo atender a Carmencita Polainas antes debido a las obras que estaban realizando en el convento de las monjas Trinitarias.
- Supongo que tendremos que visitar ese convento y esas obras.- Comentó Clavelina cerrando la puerta de la casa y entrando ya en el coche.
- Cuando ustedes quieran.- Dijo David.
- Estamos listas querido.- Comento Clavelina.- Ah querido David, quería decirte una cosa. Cuando hablemos con las hijas de las víctimas quiero que las saludes con la mano. Ya sabes. Sácales toda la información que puedas.
- Si señora. Lo intentaré aunque si no están receptivas no lograré nada, solo veré imágenes confusas.
- ¿Y que es lo que hay que hacer para que estén receptivas a tu don?.- Preguntó la detective.
- Básicamente tienen que tener miedo. Encontrarse con una noticia que las desequilibre por unos segundos. Cosas que las despiste de la realidad por unos segundos.
- Bien pues entonces creo que es justo lo que vamos hacer cuando le contemos todo lo que está ocurriendo y todo lo que sospechamos sobre el asesinato de sus madres.
- ¿Pero qué pasa David. Porqué no salimos ya?.- Preguntó mi abuela.
- Hay un taxi aparcado que me impide maniobrar con facilidad.
- Si, si. Mira Clavelina. El taxista está durmiendo.- Comentó mi abuela.
Cuando David logro sacar el coche pasaron junto al taxi. La ventanilla del taxista estaba manchada de sangre.
- ¿Se han fijado?. Pregunto David.
- Si lo hemos visto. ¿Qué extraño todo?.- Comentó mi abuela.
- Si aquí en este pueblo todo es muy extraño.- Contestó Clavelina encendiendo un cigarrillo extralargo.
- Ni que lo jures.- Mi abuela seguía mirando la ventanilla ensangrentada del taxista.- Que gentes más raras !!!!!

NO MATARÁS
EL LOBO se encontraba en su dormitorio echado sobre su cama recordando el color rojo de la sangre. Cada momento, cada olor, cada sensación la había guardado en su rincon favorito de su mente como un preciado tesoro.
La puerta del dormitorio se abrió bruscamente. La sombra del hombre se proyectó en el suelo de la habitación.
- Deja de Matar. O yo mismo te retorceré el cuello con mis propias manos.- Dijo la voz de un hombre a EL LOBO.
El asesino se acurrucó como un niño asustado, tapando su cuerpo con la colcha de la cama. Antes de que el hombre volviese a cerrar la puerta EL LOBO se tapó la cabeza con las sábanas. Aterrorizado por la presencia de aquel hombre en su habitación y por la amenaza recibida, sabía que lo que habia dicho sobre su cuello lo haría sin remordimiento alguno.


FINAL DEL CAPITULO 1

jueves, 3 de abril de 2014

MUERTAS SIN GLAMOUR. Capítulo 1. EL LOBO. (Cuarta Parte).

ANDÚJAR, 13 DE DICIEMBRE (De Un Año Para Olvidar). Dos días antes de nuestra llegada al pueblo.

CARA A CARA
Carmencita Polainas abrió la puerta a las nueve de la noche. Era extraño pensó. ¿A esas horas el técnico de la calefacción?. Aunque pensándolo bien estarían saturados con aquel invierno tan frio y crudo que estaban pasando. Las calderas eran sometidas a toda su potencia por sus dueños y muchas de ellas hacía años que no habían sido forzadas a su máximo rendimiento.
Cuando Carmencita pudo ver al técnico de la calefacción solo pudo decir.
- Vaya.- Bajó los ojos lentamente.
- Buenas noches señora Carmen. Siento llegar a estas horas. Tenemos muchísimo trabajo estos últimos días.
- Si, si. Lo comprendo perfectamente. Pasa no te quedes ahí en la puerta.
Carmencita Polainas apenas miró los ojos del técnico. Su cara reflejaba incluso desagrado. Solo la presencia de aquel hombre le ponía los pelos de punta. Le daba asco, le hacía recordar todo lo peor de su vida, la desgracia, las lágrimas.
- ¿Señora le sucede algo?.- Preguntó el técnico de calefacción.
- No. Nada. Son cosas mías.- Carmencita contestó sin mirar al técnico.- Pero pase, pase. No te quedes ahí.
El técnico entró en la casa de Carmencita. Este siempre pensó que no había cosa más patética que familias de bien que habían llegado a la quiebra. Esas personas tenían siempre esa mirada de superioridad aunque estuviesen en la ruina total. La casa perteneció a los abuelos de Carmencita Polainas los cuales en sus tiempos poseían grandes cantidades de ectareas de olivos. Y ahora mírala. Una pobre y demacrada mujer estaba allí ante él. Esa cerda puta del infierno. Causante de todos sus males.
- Puedes dejar el abrigo en la percha por favor.- Dijo Carmencita.
El técnico se quitó el abrigo y comenzó a tararear una canción. (Well you can cry me a river Cry me a river.....). Una canción muy conocida para Carmencita Polainas. Era la canción preferida de su gran amiga Paquita Fernández. El corazón comenzó a acelerarse. Acaso ¿había llegado su hora?.
Supo que estaba en lo cierto cuando el técnico la cogió con fuerza del cuello. Nunca debió dejarlo entrar en su casa por el mero hecho de quien se trataba. ¿Cómo pudo haber caído en la trampa?. ¿Aquel loco hijo de puta volvió a engañarla?. Ese cerdo nunca debió pisar su casa. ¿Cómo se atrevía?. ¿Tenia escrúpulos acaso?. ¿Tenía remordimientos sabiendo todo lo ocurrido en el pasado?.Era un cerdo misógino repugnante.
Tras forcejear con el asesino este la dejó brevemente de presionar el cuello. Le había tapado la boca para que no gritase. Carmencita Polainas sacó un trozo de papel de su bata para dejar un mensaje a su hija Carmen. El asesino le tapó la boca y la nariz con un trapo húmedo. Ella en un último y grandísimo esfuerzo escribió una pequeña nota. El cloroformo comenzaba hacer efecto. La letra de la nota era casi ilegible.
LA SEMILLA DEL DIABLO
HUYE CARMEN
El Lobo pudo ver como caía el pequeño trozo de papel al suelo cuando Carmencita se desmayó. El asesino sonrió al ver lo que había escrito en el. Esa noche estaba de suerte.
- Si por favor. Atrae al ratón a la ratonera.- Sonrió levemente. Parecía que el plan marchaba a la perfección.
Mientras cargaba con el cuerpo de Carmencita Polainas al Land Rover no podía dejar de sonreír como un niño al que le cuentan un chiste verde. Dejó la nota tirada en el suelo justo en la entrada de la casa deseando que surtiera efecto. Deseando de que la encontrasen. La sonrisa del asesino se convirtió en una pequeña carcajada.
- Atrae al ratón a la ratonera. Lo has hecho muy bien Carmencita.- Le dijo al cuerpo inerte de la mujer postrada en el Land Rover.
 

ANDÚJAR, MADRUGADA DEL 15 DE DICIEMBRE

DIRECTAS A LA POLICÍA 
Nuevamente todas quedamos un poco sorprendidas ante los edificios que íbamos encontrando poco a poco en el pueblo de Andújar. 
Todos podrían ser palacetes. Sin duda aquel pueblo tenia estilo y mucha cultura por descubrir. Qué pena no haber estado allí por el mero placer de viajar, de descubrir aquel pueblo tan hermoso. 
Yo personalmene nunca recordé el pueblo de Andújar como lo veía ahora después de tantos años sin visitarlo. Ahora lo veía completamente diferente de cuando era niña. Ahora parecía un pueblo elegante.
Pasaban de las doce de la noche cuando entramos en comisaría. Recuerdo que fuimos andando desde la casa de Carmencita Polainas hasta el edificio donde se encontraba la Policía Nacional. Las calles estaban completamente desiertas. Si mirabas los edificios apenas encontrabas dos o como máximo tres luces encendidas. Aquel invierno tan crudo y seguro el hecho de los dos asesinatos cometidos en tan breve periodo de tiempo habían sumido al pueblo en un estado de desconfianza y depresivo el cual se reflejaba a cada paso que dábamos.
Debíamos habla con el Comisario Jefe  sobre la desaparición de Carmencita Polainas. Si acaso sabían algo sobre el tema o directamente como en nuestro caso lo relacionaban con los asesinatos de Luisa Perez y Paquita Fernández. Nosotras estábamos seguras de ello. ¿Pero qué pensaría el Comisario Jefe?. ¿Qúe información barajaba que nosotras no poseyéramos?. Para eso esta Clavelina Flowers con su gran intelecto. Con sus masters en psicología criminal, con su glamour, con su porte, con su belleza.
Ustedes pensaran qué tiene que ver aquí el glamour, el porte la elegancia y belleza. Pues es muy fácil. Para una mujer son sus primeras y más eficaces armas si se encuentra con hombres de mente digamos que pasada de moda, creanme, esas armas de mujer a pesar del tópico eran francamente de gran ayuda.
Una secretaria muy amable uniformada con placa de policía que llevaba incorporada en su pecho nos atendió muy amablemente. 
Sólo tardamos unos minutos en poder hablar con el Comisario Jefe de la Policía Nacional.
Don Salvador Castro Verdejos no tardo mucho en abrir él mismo la puerta de su despacho. Su cara al principio fue un poco de estupor. Ante él se encontraba con un grupo de chicas "fashionistas" totales, bellezones en estado puro y claro eso hace tambalear los cimientos del macho, todo esta hipótesis según los pensamientos de Margarita Rotemberger.
- Y cuando digo cimientos del macho me refiero a su miembro viril, hermoso, morcillón.- Dijo Margarita como quien habla de política.
- Ya, ya, ya. Margarita. Nos hemos enterado perfectamente aunque dudamos mucho de tus hipótesis.- Contesté.
- Mis hipótesis son infalibles cuando se tratan de asuntos "peneriles".- Margarita lo dijo alzando el cuello como si estuviera indignada ante mi contestación. Quizás no quería aparentar ser tan tonta y frívola delante de la gran Clavelina Flowers.
- Perdón déjeme pasar. Paso, Paso, Paso.- Iba diciendo Clavelina mientras se abría paso hasta llegar a la puerta del comisario Jefe de Policía.
- Buenas noches. Soy Clavelina Flowers detective privado contratada por Carmen Polo hija de la que creemos ha desaparecido, Carmencita Polainas. También tenemos ciertas sospechas de que corre gran peligro y de que su desaparición está conectada con las asesinatos que han sucedió en estos días en su maravilloso pueblo.- Clavelina fue precisa y directa. No se amedrentaba ante aquel enigmático Comisario con un aspecto de Lobo de Wall Strett implacable.
- Sea lo que sea señoritas diganlo cuanto antes. Tengo que salir de inmediato. Estos asesinatos no se resuelven solos.- Contesto quitándole importancia a aquel grupo de mujeronas, elegantes, bellas, glamurosas. Yo lo vi normal. Un Comisario de pueblo dudo mucho que hubiera visto en tan solo una noche un grupo tan fascinante de mujeres como nosotras.

ANDÚJAR, MADRUGADA DEL 15 DE DICIEMBRE. (En Algún Lugar Del Bosque).
Como si se tratase de un fotograma de la película "Torso". El Lobo observaba desde fuera la cabaña. 
Se había visto obligado a dejar aquella habitación en aquel sótano que tanta privacidad le había otorgado. Los planes habían variado ligeramente pero aún así todo estaba bajo control. 
Allí en aquella casa de campo destartalada se encontraba su "nemesis". Por fin había llegado el día. Carmencita Polainas iba a morir de una maldita vez.
La maravillosa idea de dejarla para la última había dado su resultado. Ahora también tenía cerca de el a la hija de la zorra, Carmen Polo. El Lobo sabía que Carmecita pediría ayuda a su hija y que esta de inmediato vendría a socorrerla. Pero había llegado tarde. El cuchillo ya estaba afilado y la sed de sangre hervía como el agua caliente.

La cabaña estaba situada en el páramo de la "Viñas". En la ciudad de Andújar a los Chalet o casas de campo se les llamaba así "Viñas". Ahora en pleno invierno y un día entre semana, aquel lugar practicamente era un desierto. Ni un ruido de coche, ni un ruido de vecinos. Todo era silencio. El Lobo se acercó lentamente hacia la cabaña, una cabaña de madera que no precisamente estaba bien cuidada sino todo lo contrario. Hacía años que no iba allí desde el trágico fallecimiento. Sin querer vino a él recuerdos dolorosos. Una mujer agonizante suplicando que todo aquello terminase. Esa mujer no era ninguna de sus victimas, esa mujer era la causa de que aquellas tres mujeres fuesen asesinadas. Lo hacia por ella. por su recuerdo.
Al abrir la puerta se encontró a Carmencita Polainas en el centro del saloncito. La chimenea estaba encendida, el chisporrotear del fuego era el único sonido que se podía oír. 
 - No lo hagas.- Carmencita intento hablar a pesar de la mordaza que tenia en la boca.
- ¿Como has dicho?.- Preguntó El Lobo sonriendo tras su capucha.- ¿Que no haga qué?. ¿Matarte?.
- Por favor. Mi hija.- Contesto casi sin poder ser entendida. El Lobo si la entendió perfectamente.
- También morirá si es a eso a lo que quieres referirte. Todas deben morir.
- ¿Por qué?.
- Lo sabes de sobra. Todas habéis sido las causantes de mis males de mis desgracias y de la desgracia del pilar de mi vida. Todas me habéis dado una vida de sufrimiento.
El Lobo se acercó a Carmencita y de un fuerte tirón le quitó la mordaza de la boca.
- !Nosotras¡ !las cualpables¡. Debía imaginarme que todo esto pasaría. Nunca has sido un hombre normal. Nunca. Podías engañar a todo el mundo pero a mi jamás, jamás conseguiste engañarme.
- Vaya pues yo juraría que es todo lo contrario. Sino dime. ¿Cómo he conseguido traerte hasta aquí?. Callate de una vez. El sonido de tus palabras me hacen enloquecer. Todas debéis pagar por vuestra lascivia.
- Eres un cerdo cabrón que odia a las mujeres. Siempre lo fuiste. Crees que no lo sabía. Detrás de ese color de ojos. Detrás de este porte de aparente formalidad se encuentra un ser despreciable, un animal.
- En eso tienes toda la razón. Ja ja ja ja ja ja. Si soy un Lobo.
El lobo desenfundó un cuchillo de caza afilado. Carmencita supo que era el fin. Solo podía recordar la cara de su hija y al menos pensó que se marcharían con esa visión, que esa visión de su dulce niña la reconfortaria en aquel sufrimiento.
El asesino le hizo dos cortes con el cuchillo en los brazos. El grito de la mujer fue espeluznante.
- Es la ventaja de estar donde estamos. Tus dos amigas no la tuvieron. Grita todo lo que quieras. Aquí nadie puede oír tus gritos.
Termino de decir aquella frase e introdujo el cuchillo en el costado izquierdo de carmencita. El dolor era insoportable, a la mujer se le nubló por momentos la vista. Retorció el cuchillo.
- ¿Duele?, jajajajaja.- Comento el asesino con aquella espeluznante carcajada de satisfacción, como cuando a un niño le conceden el deseo que ha pedido.
Después de torturarla. De sacarle los ojos. De cortarle los pezones, de arrancarle trozos de cabellera. Carmencita ya había perdido el conocimiento pero aún se encontraba con vida cuando "El lobo" tomó una sierra eléctrica y la partió por la mitad.
La sacó fuera de la cabaña. Era una noche helada. La dejó tirada en el campo con la letra P tatuada con su cuchillo afilado sobre el pecho de la víctima.
El lobo levantó los brazos en señal de victoria. Lo había conseguido. Había acabado con aquellas tres putas que le habían jodido la vida. Ahora era el tiempo de ocuparse de sus hijas. Ellas eran tan culpables como sus madres. Tenían que pagar por todo.

  
HIPÓTESIS. ACLARACIONES Y TRÁFICO DE INFORMACIONES.
Clavelina Flowers expuso toda su información a Don Salvador Castro que a pesar de tener poco tiempo para atenderlas se mostró agradable aunque Clavelina Flowers sabía que era una amabilidad impuesta por la educación. 
El comisario al principio se tomó las teorías de Clavelina Flowers un poco a la ligera. Mi abuela y Rita P se habían quedado en casa de Carmencita Polainas investigando cualquier indicio, una pista que nos diera una salida.
Don Salvador Castro se levantó de su sillón, encendió un cigarrillo y comentó:
- ¿Pero se puede saber quienes son ustedes como para involucrarse en este caso?. ¿Cómo pueden saber que la Señora Carmencita Polainas ha sido secuestrada por el asesino?.. Al decir la palabra asesino miró tras la ventana como si el Lobo merodeara por las calles.
Clavelina Flowers le enseñó su certificado de detective privado.
- Esto no es un pasaporte como para meter las narices en este asunto.
- Verá Señor Salvador. Voy a realizar una llamada telefónica. Le pasaré el móvil y usted tan solo tiene que escuchar lo que le digan. Luego recibirá un Gmail confirmando toda la conversación que va a escuchar.
Clavelina sacó su Iphone de su bolso Gucci. Realizo una llamada rápida como si el numero al que llamaba se lo supiese  de memoria.
- Tenga Señor Salvador. Escuche lo que tienen que decirle.- Clavelina le entrego el Iphone con una sonrisa en su cara casi inapreciable.
El comisario Jefe estuvo escuchando la conversación telefónica. Un hombre de la sede del FBI en España le estaba dando ordenes sobre Clavelina Flowers. Esta tendría completo acceso a toda la información de los casos de asesinato que habían ocurrido y que de no ser así tendría que responder ante sus superiores.
La cara del comisario Jefe se contrajo reflejando al tener que aceptar aquella señora estrafalaria como casi la directora del caso. Su cara reflejaba ira.
- ¿Lo comprende? Señor Salvador. ¿Le ha quedado suficientemente claro?.- Clavelina guardó su móvil en el bolso.- Quiero traten la desaparición de Carmencita Polainas como secuestro, nada de desapariciones extrañas. La señora Carmencita es la principal persona que podría resolver este caso, pero llegamos tarde.- Clavelina nos miro a Margarita Rotemberger, Carmen Polo y a mi con cara de preocupación. En cierto modo era tan profesional que sentía el dolor como su propia hija y como el nuestro. Recordé lo que días antes habíamos hablado de ella. La madre asesinada de Clavelina Flowers y el caso que nunca se resolvió. Su implicación era cien por cien, de eso estábamos seguras y en cierto modo nos dio algo de tranquilidad al saber que contábamos con la mejor detective y además muy involucrada en el caso.
Clavelina Flowers recibió a los pocos minutos el maletín donde residían todos los informes de los asesinatos. Abrió el maletín y ojeo a la ligera.
- Bien. Aquí hay mucho trabajo.- Comento Clavelina sin apartar la vista de las hojas de los informes.- Vosotras podéis regresar a casa. Es una tontería estar todas aquí. Yo pasaré el resto de la noche estudiando todo los informes y vosotras podréis ayudar a la Marquesa y a la señorita Rita P a encontrar cualquier tipo de indicio en casa de Carmencita polainas.
- !Pero podríamos  ayudarla Clavelian¡.- Exclamó Margarita.
- Solo conseguirían distraerme. Trabajo mejor sola en estos temas.
Así nos dirigimos de vuelta a  casa de Carmencia Polainas con la idea de que mi abuela y Rita P habían descubierto alguna pista. Eran ya las 4 de la madrugada.
Clavelina flowers estaba entusiasmada con tanto papeleo. El comisario la observaba con rostro serio cuando la llevo a un despacho para que pudiera mirar milimetricamente todos los informes de los asesinatos. Había quedado claro quien era allí el hombre principal. Clavelina sonrió cuando el comisario Jefe cerro la puerta del despacho improvisado para dejarla trabajar sola con lo que hasta ahora había sido su caso en exclusiva.El comisario se sentía desplazado y odiaba sentirse a si y más aún desplazado del caso por una mujer.


MIENTRAS EN CASA DE CARMENCITA POLAINAS......
Cuando llegamos a casa de Carmencita Polainas mi abuela ya había contratado asistentas para todas. De cómo consiguió a aquellas horas intespectivas contratar servicio no puedo daros explicación. El caso que a primera hora de la mañana ya se encontraba las personas del servicio en la casa de Carmencita Polainas.
Yo me dirigí antes de nada a darme una ducha y vestirme para la reunión. Mi abuela y Rita P habían encontrado una agenda donde Carmencita Polainas anotaba todos los que haceres del día a día. También contrató a un chico joven como chófer pues conocía la ciudad al dedillo.
Carmen Polo y yo hacía años que no habíamos vuelto al pueblo y había cambiado tanto que ni ella ni yo sabíamos de direcciones y lugares para investigar. Aquel chico conocía la ciudad de cabo a rabo y además un chófer era tan necesario como el perfume que dotas llevábamos en nuestros equipajes. Lo que no comprendía muy bien es qué es lo que hacía en mi cuarto mientras yo me cambiaba y la asistenta me ayudaba a vestirme.
- ¿Qué hace usted aquí?
- Soy el chófer. Me ha contratado su abuela.
- Si eso lo se. Me refiero a ¿que está usted haciendo en mi habitación?. Yo estoy desnuda y usted esta ahí tan tranquilo.
- No se preocupe señorita Macarena. Digamos que prefiero la visión de un hombre peludo y desnudo.- El chico sonrió.
- ¿Eres gay?. !Vaya¡. Entonces disculpa mi acritud.-Continué vistiéndome como si nada. Estaba tan acostumbrada a todos mis amigos gays y las situaciones que habíamos pasado juntos que sé que un gay era completamente inofensivo en el aspecto sexual hacia una mujer, muchos nos idolatraban porque representabamos lo mejor que hay en la mujer.
- ¿Y como te lamas?.- Pregunté mientras me embutía en un traje Chanel.
- Mi nombre es David. Seré el chofer y las ayudaré a ir a todos los sitios donde me manden.
- Mi abuela siempre en todo. Es tan neurótica como yo.- Carcajeé abiertamente mientras me tomaba el pre-desayuno que consistía en un copazo de whiskey y un orfidal por lo de la ansiedad acumulada.
- Bajemos al salón. Nos estarán esperando.- Dije una vez vestida.- ¿Me acompañas David?.
- Claro señorita. Encantado.
David me abrió la puerta servicialmente. Noté que sus modales pasan de ser simples modales. Aquel chico se había criado o en su defecto había aprendido las artes de la alta alcurnia.
- Oye. ¿No te ha dicho nadie que le das un cierto aire a Colin Farrell?.
- No señora. Pero si usted lo dice.
- Y ¿cómo dices que te llamas?
- David Salamanca, señora.- Contestó con una sonrisa encantadora.


CLAVELINA REGRESA CON NOTICIAS. 
TODAS LA ESPERAMOS IMPACIENTES.


Después de toda una noche de trabajo. Clavelina Flowers regresó a casa de Carmencita polainas. Todas estábamos en el salón desayunando. 
Ella a pesar de haber estado toda una noche revisando los informes de los asesinatos lucia esplendida.
- Oye. ¿A ti nadie te ha dicho que te pareces mucho a Uma Thurman?.- Preguntó Margarita Rotemberger.
- Si. Varias veces.- Contestó Clavelina dejando su Ipad sobre la mesa.
- ¿Has conseguido averiguar algo?.- Preguntó nerviosa Carmen Polo.- ¿Sabes algo de la desaparición de mi madre?. ¿Donde está?.¿Esta bien?.
Clavelina se sirvió una taza de té caliente a pesar de que una de las criadas contratadas por mi abuela se ofreció a servírsela.
- No gracias.- Contestó Clavelina sonriendo amablemente a la chica de servicio.
Tomó un pequeño sorbo de té caliente. (Ah Dios que gusto) pensó. Pero inmediatamente regreso a la realidad de una Carmen Polo desquiciada por los nervios y a el montón de noticias negativas que traía con ella.
- No hay pistas sobre la desaparición de tu madre. El comisario Jefe, ese chulo inepto dice que deben pasar cuarenta y ocho horas como para ser tratado de secuestro o desaparición.
- ¿Y los informes de los asesinatos. Arrojan luz a todo este lío burlesco?.- Pregunté.
- Hay ciertas cosas. Nada del otro mundo que una especialista en ciencias del comportamiento no pueda ver en ellos. No hay nada fuera de lo común. Los asesinos en serie son muy especiales. Son bestias y a la vez muy básicos y sencillos. Inteligentes sí, pero básicos al fin de al cabo.
- No entiendo nada.- Dijo Rita P.
- Quiero decir.- Continuó hablando Clavelina Flowers.- Que todos los asesinos en sería tienen un modus operandi, digamos que una firma para ser reconocidos. Matan para ser capturados. Y juegan a quien es más listo si la policía o ellos. Por lo general los casos se resuelven pero las vidas de las victimas ya nadie se las devolverá.- Clavelina volvió a tomar un sorbo de té de su taza mirando por encima de ella muy seriamente a Carmen Polo.
David Salamanca el joven chófer se acerco discretamente a la mesa. Se sirvió una taza de té ya que él no era un simple criado sino el chico que nos ayudaría a visitar todos los lugares de la ciudad de Andújar que nosotras no conocíamos. La policía no iba ayudarnos en ese sentido así que mi abuela lo pensó todo. Contrató a David como chófer particular. Y porqué no decirlo. La presencia de un hombre ante un mundo repleto de machismo siempre nos vendría bien si encontrábamos alguna clase de traba.
- Estoy completamente de acuerdo con usted. Señora Clavelina.- Dijo David mientras se servía la taza de té.
- ¿Y usted quien es?.- Preguntó Clavelina mirando hacia mi abuela pues supo que mi abuela había contratado servicios domestico para nuestro bienestar, pero ¿qué hacía allí un hombre?.
- Cielos se me olvidaron las presentaciones. Señorita Clavelina le presento a David nuestro Chófer particular y digamos que nuestro guardaespaldas.- Contestó mi abuela.
- No necesitamos guardaepaldas. Yo estoy aquí. Soy experta en artes marciales. Deben sentirse seguras conmigo. Soy toda una profesional. Mi puntuación sobre tiro al blanco es extraordinaria. Deberían despedirlo. No nos hace falta.- Clavelina miró a David fríamente. ¿Que diablos pensaban aquellas locas que ella no estaba lo suficientemente preparada para un caso así?. ¿Que pensaban que necesitaba la fuerza de un hombre para ser salvadas de las garras del asesino?. Ella se había enfrentado a asesinos en serie sin ayuda de practicamente nadie. Cómo se les ocurría contratar un hombre. Detestaba aquella opción.
David se acercó despacio y elegantemente hacia Clavelina. Le sonrió, era un chico muy educado.
- Vaya parece que está usted tratando de seducirme.- Contestó Clavelina.- Lo que me faltaba una polla loca en medio de este caos.
- Señorita Clavelina con todos mis respetos yo podría ayudarlas.- Contestó David que se encontraba muy cerca de Clavelina.
- ¿Ayudarnos?, ¿Usted?. Pero vamos a ver. ¿Usted sabe con quien está hablando?.- Preguntó irónicamente Clavelina sonriendo descaradamente como si la incultura de David fuese evidenciada ante todas nosotras.
David tomo la mano de Clavelina Flowers. La miró a la cara y le dijo sonriendo.
- Podría hablarnos a todos de ese tal Ruben.- Dijo David ocultando todo lo posible lo que era evidentemente una sonrisa.
La cara de Clavelina Flowers cambió totalmente de expresión. No dejaba de mirar a David y a nosotras.
- ¿Como sabe usted lo de Ruben?.- Preguntó Clavelina mirando que aún David le tenia la mano agarrada.
- !Dios mio¡. Es usted un psíquico, un telépata.
- Este es un chófer.- Contestó Margarita Rotemberger.- Se ve que tanto trabajo la ha dejado a usted con las defensas bajas. ¿Desea un actimel?.
Clavelina no cambió su expresión. Se soltó de la mano de David.
- Usted es un Psíquico un telépata. Vaya, vaya, vaya.- Sonrió Clavelina.
- Perdonen pero no me estoy enterando de nada.- Contestó Rita P que ella además de haberse tomado ya su taza de té iba por la cuarta copa de Martini.
- Este chico puede leer la mente.- Contestó Clavelina sonriendo e impresionada. Había oido hablar de los Telépatas, de los Psíquicos pero nunca había tenido el placer de conocer a uno en persona.


CONTINURÁ......

domingo, 2 de marzo de 2014

MUERTAS SIN GLAMOUR. Capítulo 1. EL LOBO. (Tercera Parte).

ANDÚJAR, MADRUGADA DEL 10 DE DICIEMBRE (De Un Año Para Olvidar)

 UN PLAN SANGRIENTO Y PEGAJOSO
El Lobo abrió el portón en silencio e introdujo el Land Rover con Paquita Fernandez dentro aún sin conocimiento. 
El lugar era la entrada de mercancías y alimentos. A esas horas de la madrugada El Lobo estaba seguro que nadie podría oír ni el motor ni sus sigilosos movimientos. Ya lo había hecho con anterioridad y no había levantado sospecha alguna.
Cargó con el cuerpo de Paquita sobre sus hombros. Le sorprendió lo poco que pesaban las mujeres. Cerró la puerta del vehículo y sacó unas llaves de su bolsillo viejas y oxidadas. 
A cada paso que daba hacia los sótanos el frío y la humedad se hacía notar. Paquita Fernandez gimió y balbuceo palabras incomprensibles. Pronto despertaría pero esta vez El Lobo había calculado mucho mejor la dosis de anestésico para que la víctima no despertara antes de realizar su obra.
Al llegar al final de las escaleras. Abrió una puerta de madera. Encendió la luz y la habitación se iluminó. En el centro de la misma se encontraba una mesa de madera raída pero lo suficientemente fuerte como para soportar el peso de la víctima. Dejó a Paquita sobre la mesa boca abajo. 
El Lobo se dirigió hacia la estantería donde tenia gran parte de sus utensilios. Tomó una lata y una brocha. Se colocó unos guantes de goma recios. Colocó el cuerpo de la zorra hija de puta, en cruz. Abrió la lata y untó el producto de la misma con ayuda de la brocha en grandes cantidades. Impregnó toda la parte de la espalda, nalgas y brazos, así como la base del cráneo. El olor le provocaba cierto estado de mareo. El pegamento era industrial, pensó que debería habarse puesto una mascarilla, quizás aquel olor tan fuerte lo podría haber dejado "cao". Podría haber sufrido un pequeño mareo.
Maldijo mil veces seguidas que así no podía continuar. La próxima vez todo debería ser perfecto.
- Perfecto. Debes hacerlo perfecto.- Dijo en voz baja. Mientras continuaba untando el pegamento industrial sobre toda la parte posterior del cuerpo de Paquita Fernandez.
Una vez impregnado toda la parte posterior de la víctima la tomó con cuidado en brazos. Antes de hacerlo se colocó una especie de mono de plástico. El pegamento pronto haría efecto y comenzaría a secarse. Debería darse prisa. Con ayuda de las cadenas con que había atado las muñecas de de la víctima y una polea, subió el cuerpo lentamente y lo acercó a la pared gracias a un carril que había en el techo el cual terminaba justo al llegar a la pared. 
Apretó con fuerza el cuerpo inerte a la pared, el torso, las piernas, la cabeza, los brazos en posición de crucifixión. Ahora Paquita estaba pegada a la pared como un Jesucristo desvencijado. 
Aún no había abierto los ojos. Esta vez el asesino podría recogerlo todo, era tan metódico que se podría definir de sufrir un trastorno obsesivo compulsivo. 
Esa vez  podría esperar tranquilamente, pensó, no con ansias como la anterior y aquel miedo que le produjo la espera del despertar de la víctima.
Cuando Paquita consiguió abrir lentamente los ojos lo primero que notó fue el frío que le calaba los huesos luego una mezcla de olores. Aquel olor del trapo que le habían puesto en la nariz y otro extraño  olor, un olor como a cola o pegamento.
Intentó moverse pero le fue imposible. Paquita se encontraba pegada a la pared, crucificada.
- ¿Que es lo que quieres de nosotras?.- Su voz sonó pastosa. Fue lo primero que se le ocurrió decir aún estando en la situación que se encontraba. Paquita era una mujer muy realista. La vida la había hecho así un poco dura consigo misma y con el resto de personas que convivian en su día a día. 
La víctima Sabía perfectamente que su rapto y la muerte de su amiga  Luisa Perez estaban conectados. Pensó en décimas de segundo en Carmencita Polainas. Si ella, Paquita fernández estaba ya practicamente muerta, a su amiga Carmencita le quedaban días contados. De eso estaba segura.
- Debes pagar por tus pecados.- Contestó una voz que salió desde un oscuro rincón de la habitación.
- ¿Pecado?. ¿Qué pecado he cometido yo o Luisa, o Carmencita?.- Paquita intentó zafarse del pegamento pero le fue imposible. Lo único que consiguió fue arrancarse un trozo de cabello, el dolor fue lo suficientemente agudo como para que gritara y las lágrimas saladas acudieran a sus ojos.
- Pagar y redimir vuestros pecados.- Volvió a repetir El Lobo.
Paquita había perdido todo efecto de la droga suministrada. Sabía que iba a morir como su amiga Luisa, así que sólo pensó en su madre y en su hija y en la pena que sentirían ambas por su muerte. 
Eso es lo único que le asustaba a Paquita. El sufrimiento que les dejaría a su pequeña familia. Estar frente a aquel loco y en aquella posición pegada a la pared era lo de menos. Sabia que ningún policía entraría en la habitación y la salvaría. Estaba preparada para morir. ¿Acaso le quedaba otra opción?.
Tratando de ofrecerle al asesino una actitud que lo desconcertase. Paquita comenzó a cantar en voz baja una de sus canciones favoritas. Aun estando en aquella situación no iba a darle gusto a aquel cabrón asesino hijo de puta.
( Now you say you're lonely. You cry the whole night through. Well you can cry me a river Cry me a river. I cried a river over you......). Paquita terminó de cantar. Miró al rincón oscuro donde se encontraba su asesino.
- ¿Y ahora qué?. ¿Me vas a matar?. ¿Qué conseguirás con todo esto?. Alguien logrará cazarte. Alguien dará con la clave y acabaras con tus huesos en el infierno que es de donde nunca debistes salir. ¿Crees que tengo miedo?. No tengo miedo, estoy en paz con migo misma.
- Pues entonces entraras en el reino de los cielos como una Puta redimida.- Contestó el Lobo. 
Tan solo décimas de segundo y desde el fondo de la habitación "El Lobo" se lanzó sobre el cuerpo crucificado de aquella puta.
Paquita tenia la cara del asesino frente a sus ojos. Había salido de la oscuridad y ahora lo tenía a dos palmos de su cara.
- Cometerás un error y todo quedará a la luz. Toda la historia de un cabronazo asesino maltratador como tu quedará expuesta para siempre. Si nosotras somos Putas y no merecemos el cielo, ¿Donde crees que iras tú?.¿Crees que Dios te espera con los brazos abiertos?.- Paquita pudo sonreír incluso carcajeo brevemente antes de poder notar  como un cuchillo afilado le cortaba la garganta.
El Lobo observó como la sangre manaba a borbotones impregnando el vestido blanco de Paquita de un color rojo oscuro. Levantó el cuchillo y con fuerza lo clavó en el estómago de Paquita. Los ojos de la mujer dieron unas vueltas dentro de sus órbitas debido al dolor. El Lobo apretó con fuerza el cuchillo y rajó a Paquita desde el estómago hasta el pubis. Las tripas salieron del cuerpo de la víctima.
Paquita sacó fuerzas de donde no pudo y a pesar de tener el cuello cortado y medio desangrada pudo decir.
- Tú eres el mal.
 

DETECTIVE PRIVADO CLAVELINA FLOWERS
- !Hija de Puta¡.- Es lo único que pudo decir Margarita Rotemberger cuando fuimos a recoger a Clavelina Flowers al aeropuerto en la T4. Llegaba de Londres. Acababa de resolver un misterio. El rapto de un gato de angora de una Baronesa inglesa.
- !Qué cutis¡. Ni una mancha. Ni un poro. Ni una arruga.- Comento ensimismada Rita P.
- ¿Cuantos años dices que tiene, abuela?.- Pregunté  porqué no decirlo con un resquicido de envidia. 
Clavelina era tan hermosa y sin mucha necesidad era capaz de hacernos sombra a cualquiera de nosotras.
- Cincuenta y cinco años.- Contesto sonriendo La Duquesa Del Pepinillo.- Y ya veis. Mirarla es como una flor.
- !Hija de Puta¡.- Contestó nuevamente Margarita Rotenmberger.- Eso que lleva puesto es un !CHANEL¡. Y esas perlas, y ese bolso.- Hija de Puta.- Margarita no salía de su asombro. Margarita se la había imaginado como una detective o ratón de biblioteca escudriñando las mentes de asesinos en serie. Como una vieja con olor a naftalina. Pero ante ella se encontró con lo que podría ser una mujer de portada de la revista VOGUE.
Nos encontrábamos todas con nuestro equipaje en la T4 del aeropuerto de Barajas. Recojeríamos a Clavelina Flowers y saldríamos rápidas y veloces a tomar el AVE director a Córdoba, así llegaríamos lo antes posible a Andújar. 
Esa mañana, la mañana de la llegada de Clavelina Flowers habíamos recibido un email. Por primera vez Carmencita Polaninas utilizaba las nuevas tecnologías para ponerse en contacto con nosotras y se vio obligada a ello porque en el email nos comunicaba que Paquita Fernandez había sido encontrada muerta, terriblemente degollada y destripada.

HACIA EL CENTRO DEL MIEDO
Tomamos el coche rumbo a la estación de tren. Las chicas y yo no pronunciamos palabra. No sé muy bien si por el impacto de haber conocido a la detective Clavelina o por el hecho en si de haber recibido aquel email confirmando todos nuestros temores. Ahora estaba todo muy claro. La vida de Carmencita Polainas corría un brutal peligro.
Una vez todas tomamos asiento en el AVE. Clavelina Flowers habló por primera vez.
- Bueno alguien tiene que romper el hielo. Seré yo ya que estoy acostumbrada a ello. Ya saben. Mi vida social y mis relaciones con la clase alta londinense me hacen muchas veces ser anfitriona de grandes fiestas. Es casi una carrera. Un arte en sí mismo.
- Ah ! nosotras somos lo más en ser anfitrionas.- Contestó Margarita Rotemberger.- No le digo más que la ultima vez que fui anfitriona lo fui del Marques de San Termostakulo. Un Marques Rumano gitano con grandes contactos en el mundo del tráfico de armas.
- Ah. Todo muy glamouroso.- Contestó Clavelina sin darle importancia solo al hecho de que el tan Marques Rumano era traficante de armas.
- Mire Clavelina. Las cosas claras, el chocolate caliente y los preservativos XXL. Vamos que las cartas sobre la mesa y al pan pan y al vino vino y que si te he visto no me acuerdo. Aquí todas somos damas, damas en palabras mayúsculas. Chicas fascinantes con mucho pasado y como ve por nuestro cutis con mucho futuro. Simplemente quiero que sepa que usted no me sorprende lo más mínimo, excepto sus dotes para la investigación. En todo lo demás. Aquí todas somos iguales.- Terminó diciendo Margarita mientras se retocaba el maquillaje, dejándolo caer como si tal cosa.
Clavelina encendió un cigarrillo y sacó su iPad del bolso Louis Vuitton. 
Deslizó el dedo suavemente por la pantalla y comenzó a leer todo lo que nosotras ya sabíamos. Fue mi abuela la Duquesa del Pepinillo quien había puesto al día a Clavelina Flowers a través de un email dándole todo tipo de detalles acerca de lo ocurrido en los últimos días.
- Me imagino que usted será  Carmen Polo.- Clavelina levantó su mirada del iPad y lo fijó en la eficiente secretaria.- Usted es hija de Carmencita Polainas, ¿cierto?.- Clavelina Flowers aspiró el humo de su cigarrillo a pesar de estar prohibido fumar en el AVE nadie se digno a decirle nada. Su aspecto de dama de alta sociedad y ese aura de glamour y tronío que reflejaba la hacía sin duda muy especial para los ojos que se posaban en ella.
- Si señorita.- Contesto Carmen Polo.
- Por favor llámame Clavelina. Nada de etiquetas.- Miró con una pequeña sonrisa a Margarita Rotemberger.- Me temo que estaremos juntas durante un buen tiempo. Nos será más cómodo tutearnos.- Clavelina despego el dedo de la pantalla del iPad.- Veo en el informe que ha recibido de su madre unas cartas. En ellas dejaba intuir una serie de sospechas. Luego recibieron otra carta con la confirmación de la muerte de una de sus mejores amigas. Con la muerte de la primera víctima queda claro y confirmado ese temor que tenía tu madre.- Clavelina hizo una pequeña pausa y continuó.
- Primer punto. La señora Carmencita Polainas es la clave para resolver todo este asunto. ¿Tienes idea de algo que ocultase tu madre?.- Preguntó Clavelina a Carmen Polo.
- Pues no. Mi madre es una mujer sencilla de pueblo. Educada y cristiana. Ya sabe de ir a misa los domingos y todas esas cosas.- Contestó Carmen Polo.
- Yo creo que si tiene algo que ocultar.- Me lancé a la conversación sin darme permiso nadie.
- ¿A qué quiere referirse Macarena?.- Clavelina dejó el iPad sobre sus rodillas y apagó el cigarrillo. Sacó de su bolso un frasco de Coco Chanel y pulverizó el ambiente.
- Bueno es algo que Carmen Polo siempre lo ha llevado muy mal.- Continué en un tono más relajado al ver la reacción de Carmen Polo a mis palabras.
- ¿A qué te refieres?.- Preguntó Carmen Polo aún sospechando de lo que se trataba intentaba ocultar ese hecho.
- !Carmen por Dios¡. Nunca has llevado bien que tu madre se negase a descubrir la identidad de tu padre biológico. Es algo que nunca le has perdonado. No la llamas por teléfono desde hace.... la última vez que recuerdo cinco meses. !Vamos Carmen no me digas que no has pensado en ello¡.
- Bueno. Nunca le he perdonado a mi madre que no me dijera quien es mi padre biológico. Pero no solo se trata de eso Macarena. Es algo más. Mi madre siempre trató de educarme como a una chica de pueblo, cosa que siempre me horrorizó. Yo por supuesto siempre me negué a ello. Gracias a Macarena y su abuela la Duquesa recibí una educación exquisita de mujer de ciudad, de mujer libre.
- Primera noticia.- Contestó Clavelina Flowers tomando nota en su iPad.
- ¿Se puede saber que es lo que escribe?.- Preguntó Rita P.
- Eso, eso. ¿Qué escribe usted en ese aparatejo?.- Preguntó también Margarita Rotenberger.
Clavelina Flowers se dirigió hacia mi abuela sin ni siquiera mirar a las dos damas que le habían preguntado.
- ¿Van a estar así todo el tiempo?.- Preguntó la detective a mi abuela señalando a Margarita y Rita P con el dedo.- Así no eh!. Así no trabajo.- Exclamo Clavelina.
- Tranquila Clavelina ya le adjunté en el email lo especiales que son las damas que le acompañamos en el viaje. No tienen malicia solo ansias de saber. Son mujeres acostumbradas al chismorreo. Además solo están lúcidas un par de horas al día. El resto se lo pasan bajo el efecto del Rivotril y un copazo de pacharan.
- !Uhy¡ Rita. Nos han llamados chismosas en nuestras narices.- Contestó Margarita.
- Si. Ya lo he oído. Chismosas y borrachas. Pero a mi "plin". Si, soy chismosa y orgullosa de ello.- Contestó Rita P mientras sacaba de su bolso Loewe una pequeña botella de Vodka. La abrió y se la tomó de un trago.
- Señorita Clavelina comprenda que este asunto nos tiene en ascuas. Estamos muy preocupadas por la situación de Carmencita Polainas. Si mis amigas se comportan así es porque no quieren sentirse apartadas del asunto. Simplemente quieran ayudar.- Contesté.
- Bueno pues si es así y ustedes se quedan más tranquilas a partir de ahora no les ocultaré nada. El caso que a mi me da exactamente igual. Lo que he escrito en el iPad es el móvil de los asesinatos. Lo que une a Carmencita Polainas y al criminal.
- ¿Cómo dice usted?.- La sorpresa fue tremenda. 
En menos de diez minutos Clavelina Flowers se atrevía a dar un diagnostico sobre el móvil de los asesinatos.
- ¿Ya sabe usted el móvil de los crímenes?.- Preguntó Carmen Polo.
- A un ochenta por cien Carmen. A un ochenta por cien. La clave de todo es la resistencia a confesar quien es su padre biológico. Eso lo hace una mujer avergonzada del hombre que la dejó embaraza. Además nunca le mostró mucho afecto pues como bien dice en el informe que recibí vía  GMail. Su madre jamás se puso en contacto con su padre biológico. Estoy segura que incluso lo odiaba con todas sus fuerzas. Carmencita Polainas lo hubiera borrado de la faz de la tierra si hubiera tenido medios y fuerzas suficientes para hacerlo. Pero siempre vivió con temor a ese hombre. Ella y las dos mujeres asesinadas.
- No comprendo muy bien eso. ¿Quiere decir que Carmencita Polainas hubiera borrado del mapa a su propia hija?. ¿Que hubiera abortado?.- Pregunto Margarita más despistada que concisa.
Un suspiro antes de contestar y un cigarro recién encendido hizo que Clavelina se traquilizara para poder contestar.
- Quiero decir que Carmencita Polainas se negó durante toda su vida a decirle quien es el padre biológico a su hija Carmen Polo. Por su parte Carmen Polo nunca se lo ha perdonado y aún así Carmencita Polainas no le dice quien es su padre biológico. Según el informe que recibí de la Duquesa, Carmencita Polainas adora a su hija. Si adora a su hija. ¿Porqué no decirle quien es su padre?. Está claro.- Clavelina miró a Carmen Polo.  
Para la hija de Carmencita no hacía falta que una de las mejores detectives le dijese aquello que iba a soltar en segundos. Ella siempre lo había sospechado. Su madre había cargado toda su vida con un sacrificio.
Clavelina Flowers miró con aquella mirada misteriosa y fascinante al grupo de mujeres que tenia alrededor. Soltó una bocanada de humo y dijo con voz clara lo que sospechaba.
- Carmen. Tu madre fue victima de una violación y tu fuiste el fruto del tal aberración.
 
ANDÚJAR, 15 DE DICIEMBRE. 23:00 DE LA NOCHE. (De Un Año Para Olvidar)
LA LLEGADA
Nada más llegar al pueblo de Andújar pasamos frente al edificio del ayuntamiento. A todas no pareció maravilloso para hacernos un palacete veraniego pero se ve que nos iba a ser imposible nos comento Carmen Polo. Todas quedamos decepcionadas incluso hasta Clavelina Flowers opinó lo mismo que nosotras.
- Una lastima emplear un edificio así para cuatro gandules chupa sangres de políticos.- Sacó una cámara digital e hizo una fotografía de la fachada.- Quedaría mejor como un palacete para cualquiera de nosotras. ¿Verdad doña Duquesa?.
- Pues no se hija. Yo no vendría aquí a veranear, la verdad. No me veo yo aquí metida dos meses.- Contestó mi abuela con cara de preocupación. Era obvio, quería llegar a casa de Carmencita Polainas de inmediata y nosotras allí hablando de lo bonito que sería tener un palacete con aquella hermosa fachada.
- Sería mejor ir ya directamente a casa de tu madre.- Dije a Carmen Polo al observar que mi abuela no se encontraba bien con nuestras frívolas conversaciones. Allí no habíamos ido para frivolizar, allí estábamos para ayudar a una posible victima de asesinato.
- Si. Vamos. La casa de mi madre que era a la vez de sus padres está cerca del ayuntamiento. Está a dos pasos.- Comentó Carmen Polo acelerando el paso.
Por un pequeño retraso en el AVE, algo casi incomprensible pero como dice Margarita Rotemberger siempre hay un roto para un descosido. Llegamos a Andújar ya sin luz del día. Nos encontrábamos a dos pasos de la casa de Carmencita Polainas cuando Margarita Rotemberger se quedó prendida de un gatito callejero.
- !Oh mirar qué gatito mas lindo¡.- Margarita se acercó hacia lo que parecía un pequeño gatito casi recien nacido.
- !Alto Margarita estás loca¡.- Grito Rita P intentando que Margarita no acariciase al minino.- Gilipollas cegata ponte las gafas. No ves que es una Rataaaaaaaaaaaaaaaa!!!!!.
La cara de estupor de Margarita Rotemberger sería difícil de olvidar. Comenzó a gritar como una loca pues el aviso de Rita P había llegado segundos tarde. Margarita había acariciado una rata pestilente. Continuaba gritando la pobre sumida casi en un "shock" cuando Clavelina Flowers se dirigió a ella dándole dos bofetadas bien fuertes y sonoras.
- Es para sacarla del trauma.- Dijo Clavelina como pidiendo disculpas ya que incluso Margarita se echó las manos a la cara por el dolor de las bofetadas.
- Cabrona no hacía falta. Ya me encontraba más serena.- Contestó Margarita.- Olvidando por completo que acababa de acariciar una rata. Sin duda la falta de retención de sucesos en su memoria era debido a la mezcla de tanto vodka y tantas benzodiacepinas.
- ¿Estas bien querida?.- Pregunte preocupada.
- Claro que si.- Contesto acariciando sus mejillas colorados por las bofetadas de Clavelina.- Antes de venir al pueblo me vacuné de todo. Las enfermeras me dijeron que mi viaje al centro del Amazonas debería ser muy excitante. No sabéis la cara que pusieron cuando les dije que solo venia a un pueblo de Andalucía. Una de ellas que se ve era andaluza, me llamó zorra apestosa hija de puta por lo "bajini" pero pude oírla perfectamente, ahora que a mi "plin". Más vale prevenir que curar.
¿DONDE ESTÁS MAMÁ?
Carmen Polo sacó las llaves de la casa de su bolso. Otra vez el aspecto de una fachada nos sorprendió a todas. No era una pequeña casa de pueblo, era una casa de tres plantas digna de parecer un palacete con dos o tres retoques.
Al abrir la puerta y llamar a su madre. Carmen supo al instante que algo sucedía. Las ventanas estaban cerradas a cal y canto. La oscuridad reinaba dentro de aquella casa enorme. Continuó llamando a su madre.
- ¿Mamá. Mamá donde estás?.- La desesperación de Carmen Polo fue apoderándose de ella, transmitiéndola al propio ambiente y llegando a penetrar en nuestras mentes.
Todas nos miramos aterrorizadas. Habíamos llegado tarde o simplemente Carmencita Polainas había salido de casa. Pero la verdad era muy raro pues las agujas del reloj marcaban las doce de la noche. Era sin duda extraño que Carmencita estuviera fuera de casa a aquellas horas.
- Esto no es normal.- Contesto Carmen Polo que se lanzó a mis brazos buscando consuelo, entre lágrimas continuó relatando.- Las ventanas cerradas a cal y canto. Parece que la casa lleva unos días cerrada, ¿no huelen a humedad?.- Nos preguntó a todas.
- Si. Huele un poco a humedad, casi inapreciable.- Contestó Clavelina Flowers al mismo tiempo de hacer fotografías con su cámara digital ultra moderna.
- !Eh. Miren esto¡.- Exclamó Margarita Rotemberger al tiempo de recojer del suelo un collar con una especie de camafeo de colgante.- Miren.- Nos lo dejó ver a todas.
- Déjeme verlo.- Dijo Carmen Polo retirándose de la protección que le ofrecía mis brazos.
Carmen Polo abrió despacio aquel colgante. En su interior se encontraba una fotografía suya de hacía ya tiempo, quizás tendría en ella unos quince años no más.
- Observen esto.-  Dijo Clavelina Flowers.- Hay señales en la solería del pasillo que llevan hacia  la puerta de entrada de zuelas de zapato. Suelas de goma.
- Mi madre utiliza unos zapatos que compra en una ortopedia para la circulación de la sangre. Las suelas son de goma.- contestó Carmen Polo.
Mi abuela miraba detenidamente ciertos cuadros interesantes que incluso podrían tener algun valor cuando vió un trozo de papel en el suelo.
- Y esto me confirma que algo no cuadra en toda esta situación.- Dijo mi abuela casi a las puertas de la casa.
Se puso las gafas de vista y se acercó a la luz de una lampara. Era un papel cualquiera nada de especial. En él había escrita una frase. Mi abuela hizo un gesto con la mano para que nos acercáramos todas a la luz y pudiéramos leer la frase escrita en aquel trozo de papel.
Abrió el papel y lo colocó frente a nosotras. Todas pudimos leer lo mismo:
LA SEMILLA DEL DIABLO.
Por el trazo de las líneas, un trazo apresurado. Nos hacía pensar que lo había escrito en un último momento de desesperación.
- ¿Que diablos es esto?.- Preguntó Clavelina Flowers.- La Semilla Del Diablo no dice nada en sí mismo pero hay una gran película de "Roman Polanski" que se titulaba así. Pero por muchas vueltas que le dé no veo que tiene que ver esa película con todo esto.
De repente Clavelina Flowers se arrodilló al suelo a dos palmos de la puerta de entrada.
- Aquí hay una pequeña mancha.- Extendió su dedo índice derecho sobre la pequeña mancha para probar su olor y su sabor. Acto seguido el sabor le hizo escupir con fuerza.- Es Cloroformo.
- Vaya qué interesante.- Dijo Clavelina Flowers sosteniendo el papel sobre sus manos.- Miren lo que hay escrito bajo la frase LA SEMILLA DEL DIABLO. Es apenas inapreciable. Estoy segura que casi no le dio tiempo escribirlo.
Todas nos acercamos al rededor de Clavelina. El papel se encontraba en sus manos en el centro del circulo que habíamos formado. Nos acercamos todas pues era cierto que la palabra escrita era casi inapreciable.
- ¿Lo veis?.- Pregunto Clavelina.
- Dios. Si, sí que se puede leer.- Contesté
- Yo no veo nada. ¿qué dice?.- Pregunto Rita P.
- HUYE CARMEN.- Contesto mi abuela.
Carmen Polo se desmayó al oír la palabra. El colgante de su madre cayó sobre su pecho.


CONTINUARÁ.......
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