jueves, 3 de abril de 2014

MUERTAS SIN GLAMOUR. Capítulo 1. EL LOBO. (Cuarta Parte).

ANDÚJAR, 13 DE DICIEMBRE (De Un Año Para Olvidar). Dos días antes de nuestra llegada al pueblo.

CARA A CARA
Carmencita Polainas abrió la puerta a las nueve de la noche. Era extraño pensó. ¿A esas horas el técnico de la calefacción?. Aunque pensándolo bien estarían saturados con aquel invierno tan frio y crudo que estaban pasando. Las calderas eran sometidas a toda su potencia por sus dueños y muchas de ellas hacía años que no habían sido forzadas a su máximo rendimiento.
Cuando Carmencita pudo ver al técnico de la calefacción solo pudo decir.
- Vaya.- Bajó los ojos lentamente.
- Buenas noches señora Carmen. Siento llegar a estas horas. Tenemos muchísimo trabajo estos últimos días.
- Si, si. Lo comprendo perfectamente. Pasa no te quedes ahí en la puerta.
Carmencita Polainas apenas miró los ojos del técnico. Su cara reflejaba incluso desagrado. Solo la presencia de aquel hombre le ponía los pelos de punta. Le daba asco, le hacía recordar todo lo peor de su vida, la desgracia, las lágrimas.
- ¿Señora le sucede algo?.- Preguntó el técnico de calefacción.
- No. Nada. Son cosas mías.- Carmencita contestó sin mirar al técnico.- Pero pase, pase. No te quedes ahí.
El técnico entró en la casa de Carmencita. Este siempre pensó que no había cosa más patética que familias de bien que habían llegado a la quiebra. Esas personas tenían siempre esa mirada de superioridad aunque estuviesen en la ruina total. La casa perteneció a los abuelos de Carmencita Polainas los cuales en sus tiempos poseían grandes cantidades de ectareas de olivos. Y ahora mírala. Una pobre y demacrada mujer estaba allí ante él. Esa cerda puta del infierno. Causante de todos sus males.
- Puedes dejar el abrigo en la percha por favor.- Dijo Carmencita.
El técnico se quitó el abrigo y comenzó a tararear una canción. (Well you can cry me a river Cry me a river.....). Una canción muy conocida para Carmencita Polainas. Era la canción preferida de su gran amiga Paquita Fernández. El corazón comenzó a acelerarse. Acaso ¿había llegado su hora?.
Supo que estaba en lo cierto cuando el técnico la cogió con fuerza del cuello. Nunca debió dejarlo entrar en su casa por el mero hecho de quien se trataba. ¿Cómo pudo haber caído en la trampa?. ¿Aquel loco hijo de puta volvió a engañarla?. Ese cerdo nunca debió pisar su casa. ¿Cómo se atrevía?. ¿Tenia escrúpulos acaso?. ¿Tenía remordimientos sabiendo todo lo ocurrido en el pasado?.Era un cerdo misógino repugnante.
Tras forcejear con el asesino este la dejó brevemente de presionar el cuello. Le había tapado la boca para que no gritase. Carmencita Polainas sacó un trozo de papel de su bata para dejar un mensaje a su hija Carmen. El asesino le tapó la boca y la nariz con un trapo húmedo. Ella en un último y grandísimo esfuerzo escribió una pequeña nota. El cloroformo comenzaba hacer efecto. La letra de la nota era casi ilegible.
LA SEMILLA DEL DIABLO
HUYE CARMEN
El Lobo pudo ver como caía el pequeño trozo de papel al suelo cuando Carmencita se desmayó. El asesino sonrió al ver lo que había escrito en el. Esa noche estaba de suerte.
- Si por favor. Atrae al ratón a la ratonera.- Sonrió levemente. Parecía que el plan marchaba a la perfección.
Mientras cargaba con el cuerpo de Carmencita Polainas al Land Rover no podía dejar de sonreír como un niño al que le cuentan un chiste verde. Dejó la nota tirada en el suelo justo en la entrada de la casa deseando que surtiera efecto. Deseando de que la encontrasen. La sonrisa del asesino se convirtió en una pequeña carcajada.
- Atrae al ratón a la ratonera. Lo has hecho muy bien Carmencita.- Le dijo al cuerpo inerte de la mujer postrada en el Land Rover.
 

ANDÚJAR, MADRUGADA DEL 15 DE DICIEMBRE

DIRECTAS A LA POLICÍA 
Nuevamente todas quedamos un poco sorprendidas ante los edificios que íbamos encontrando poco a poco en el pueblo de Andújar. 
Todos podrían ser palacetes. Sin duda aquel pueblo tenia estilo y mucha cultura por descubrir. Qué pena no haber estado allí por el mero placer de viajar, de descubrir aquel pueblo tan hermoso. 
Yo personalmene nunca recordé el pueblo de Andújar como lo veía ahora después de tantos años sin visitarlo. Ahora lo veía completamente diferente de cuando era niña. Ahora parecía un pueblo elegante.
Pasaban de las doce de la noche cuando entramos en comisaría. Recuerdo que fuimos andando desde la casa de Carmencita Polainas hasta el edificio donde se encontraba la Policía Nacional. Las calles estaban completamente desiertas. Si mirabas los edificios apenas encontrabas dos o como máximo tres luces encendidas. Aquel invierno tan crudo y seguro el hecho de los dos asesinatos cometidos en tan breve periodo de tiempo habían sumido al pueblo en un estado de desconfianza y depresivo el cual se reflejaba a cada paso que dábamos.
Debíamos habla con el Comisario Jefe  sobre la desaparición de Carmencita Polainas. Si acaso sabían algo sobre el tema o directamente como en nuestro caso lo relacionaban con los asesinatos de Luisa Perez y Paquita Fernández. Nosotras estábamos seguras de ello. ¿Pero qué pensaría el Comisario Jefe?. ¿Qúe información barajaba que nosotras no poseyéramos?. Para eso esta Clavelina Flowers con su gran intelecto. Con sus masters en psicología criminal, con su glamour, con su porte, con su belleza.
Ustedes pensaran qué tiene que ver aquí el glamour, el porte la elegancia y belleza. Pues es muy fácil. Para una mujer son sus primeras y más eficaces armas si se encuentra con hombres de mente digamos que pasada de moda, creanme, esas armas de mujer a pesar del tópico eran francamente de gran ayuda.
Una secretaria muy amable uniformada con placa de policía que llevaba incorporada en su pecho nos atendió muy amablemente. 
Sólo tardamos unos minutos en poder hablar con el Comisario Jefe de la Policía Nacional.
Don Salvador Castro Verdejos no tardo mucho en abrir él mismo la puerta de su despacho. Su cara al principio fue un poco de estupor. Ante él se encontraba con un grupo de chicas "fashionistas" totales, bellezones en estado puro y claro eso hace tambalear los cimientos del macho, todo esta hipótesis según los pensamientos de Margarita Rotemberger.
- Y cuando digo cimientos del macho me refiero a su miembro viril, hermoso, morcillón.- Dijo Margarita como quien habla de política.
- Ya, ya, ya. Margarita. Nos hemos enterado perfectamente aunque dudamos mucho de tus hipótesis.- Contesté.
- Mis hipótesis son infalibles cuando se tratan de asuntos "peneriles".- Margarita lo dijo alzando el cuello como si estuviera indignada ante mi contestación. Quizás no quería aparentar ser tan tonta y frívola delante de la gran Clavelina Flowers.
- Perdón déjeme pasar. Paso, Paso, Paso.- Iba diciendo Clavelina mientras se abría paso hasta llegar a la puerta del comisario Jefe de Policía.
- Buenas noches. Soy Clavelina Flowers detective privado contratada por Carmen Polo hija de la que creemos ha desaparecido, Carmencita Polainas. También tenemos ciertas sospechas de que corre gran peligro y de que su desaparición está conectada con las asesinatos que han sucedió en estos días en su maravilloso pueblo.- Clavelina fue precisa y directa. No se amedrentaba ante aquel enigmático Comisario con un aspecto de Lobo de Wall Strett implacable.
- Sea lo que sea señoritas diganlo cuanto antes. Tengo que salir de inmediato. Estos asesinatos no se resuelven solos.- Contesto quitándole importancia a aquel grupo de mujeronas, elegantes, bellas, glamurosas. Yo lo vi normal. Un Comisario de pueblo dudo mucho que hubiera visto en tan solo una noche un grupo tan fascinante de mujeres como nosotras.

ANDÚJAR, MADRUGADA DEL 15 DE DICIEMBRE. (En Algún Lugar Del Bosque).
Como si se tratase de un fotograma de la película "Torso". El Lobo observaba desde fuera la cabaña. 
Se había visto obligado a dejar aquella habitación en aquel sótano que tanta privacidad le había otorgado. Los planes habían variado ligeramente pero aún así todo estaba bajo control. 
Allí en aquella casa de campo destartalada se encontraba su "nemesis". Por fin había llegado el día. Carmencita Polainas iba a morir de una maldita vez.
La maravillosa idea de dejarla para la última había dado su resultado. Ahora también tenía cerca de el a la hija de la zorra, Carmen Polo. El Lobo sabía que Carmecita pediría ayuda a su hija y que esta de inmediato vendría a socorrerla. Pero había llegado tarde. El cuchillo ya estaba afilado y la sed de sangre hervía como el agua caliente.

La cabaña estaba situada en el páramo de la "Viñas". En la ciudad de Andújar a los Chalet o casas de campo se les llamaba así "Viñas". Ahora en pleno invierno y un día entre semana, aquel lugar practicamente era un desierto. Ni un ruido de coche, ni un ruido de vecinos. Todo era silencio. El Lobo se acercó lentamente hacia la cabaña, una cabaña de madera que no precisamente estaba bien cuidada sino todo lo contrario. Hacía años que no iba allí desde el trágico fallecimiento. Sin querer vino a él recuerdos dolorosos. Una mujer agonizante suplicando que todo aquello terminase. Esa mujer no era ninguna de sus victimas, esa mujer era la causa de que aquellas tres mujeres fuesen asesinadas. Lo hacia por ella. por su recuerdo.
Al abrir la puerta se encontró a Carmencita Polainas en el centro del saloncito. La chimenea estaba encendida, el chisporrotear del fuego era el único sonido que se podía oír. 
 - No lo hagas.- Carmencita intento hablar a pesar de la mordaza que tenia en la boca.
- ¿Como has dicho?.- Preguntó El Lobo sonriendo tras su capucha.- ¿Que no haga qué?. ¿Matarte?.
- Por favor. Mi hija.- Contesto casi sin poder ser entendida. El Lobo si la entendió perfectamente.
- También morirá si es a eso a lo que quieres referirte. Todas deben morir.
- ¿Por qué?.
- Lo sabes de sobra. Todas habéis sido las causantes de mis males de mis desgracias y de la desgracia del pilar de mi vida. Todas me habéis dado una vida de sufrimiento.
El Lobo se acercó a Carmencita y de un fuerte tirón le quitó la mordaza de la boca.
- !Nosotras¡ !las cualpables¡. Debía imaginarme que todo esto pasaría. Nunca has sido un hombre normal. Nunca. Podías engañar a todo el mundo pero a mi jamás, jamás conseguiste engañarme.
- Vaya pues yo juraría que es todo lo contrario. Sino dime. ¿Cómo he conseguido traerte hasta aquí?. Callate de una vez. El sonido de tus palabras me hacen enloquecer. Todas debéis pagar por vuestra lascivia.
- Eres un cerdo cabrón que odia a las mujeres. Siempre lo fuiste. Crees que no lo sabía. Detrás de ese color de ojos. Detrás de este porte de aparente formalidad se encuentra un ser despreciable, un animal.
- En eso tienes toda la razón. Ja ja ja ja ja ja. Si soy un Lobo.
El lobo desenfundó un cuchillo de caza afilado. Carmencita supo que era el fin. Solo podía recordar la cara de su hija y al menos pensó que se marcharían con esa visión, que esa visión de su dulce niña la reconfortaria en aquel sufrimiento.
El asesino le hizo dos cortes con el cuchillo en los brazos. El grito de la mujer fue espeluznante.
- Es la ventaja de estar donde estamos. Tus dos amigas no la tuvieron. Grita todo lo que quieras. Aquí nadie puede oír tus gritos.
Termino de decir aquella frase e introdujo el cuchillo en el costado izquierdo de carmencita. El dolor era insoportable, a la mujer se le nubló por momentos la vista. Retorció el cuchillo.
- ¿Duele?, jajajajaja.- Comento el asesino con aquella espeluznante carcajada de satisfacción, como cuando a un niño le conceden el deseo que ha pedido.
Después de torturarla. De sacarle los ojos. De cortarle los pezones, de arrancarle trozos de cabellera. Carmencita ya había perdido el conocimiento pero aún se encontraba con vida cuando "El lobo" tomó una sierra eléctrica y la partió por la mitad.
La sacó fuera de la cabaña. Era una noche helada. La dejó tirada en el campo con la letra P tatuada con su cuchillo afilado sobre el pecho de la víctima.
El lobo levantó los brazos en señal de victoria. Lo había conseguido. Había acabado con aquellas tres putas que le habían jodido la vida. Ahora era el tiempo de ocuparse de sus hijas. Ellas eran tan culpables como sus madres. Tenían que pagar por todo.

  
HIPÓTESIS. ACLARACIONES Y TRÁFICO DE INFORMACIONES.
Clavelina Flowers expuso toda su información a Don Salvador Castro que a pesar de tener poco tiempo para atenderlas se mostró agradable aunque Clavelina Flowers sabía que era una amabilidad impuesta por la educación. 
El comisario al principio se tomó las teorías de Clavelina Flowers un poco a la ligera. Mi abuela y Rita P se habían quedado en casa de Carmencita Polainas investigando cualquier indicio, una pista que nos diera una salida.
Don Salvador Castro se levantó de su sillón, encendió un cigarrillo y comentó:
- ¿Pero se puede saber quienes son ustedes como para involucrarse en este caso?. ¿Cómo pueden saber que la Señora Carmencita Polainas ha sido secuestrada por el asesino?.. Al decir la palabra asesino miró tras la ventana como si el Lobo merodeara por las calles.
Clavelina Flowers le enseñó su certificado de detective privado.
- Esto no es un pasaporte como para meter las narices en este asunto.
- Verá Señor Salvador. Voy a realizar una llamada telefónica. Le pasaré el móvil y usted tan solo tiene que escuchar lo que le digan. Luego recibirá un Gmail confirmando toda la conversación que va a escuchar.
Clavelina sacó su Iphone de su bolso Gucci. Realizo una llamada rápida como si el numero al que llamaba se lo supiese  de memoria.
- Tenga Señor Salvador. Escuche lo que tienen que decirle.- Clavelina le entrego el Iphone con una sonrisa en su cara casi inapreciable.
El comisario Jefe estuvo escuchando la conversación telefónica. Un hombre de la sede del FBI en España le estaba dando ordenes sobre Clavelina Flowers. Esta tendría completo acceso a toda la información de los casos de asesinato que habían ocurrido y que de no ser así tendría que responder ante sus superiores.
La cara del comisario Jefe se contrajo reflejando al tener que aceptar aquella señora estrafalaria como casi la directora del caso. Su cara reflejaba ira.
- ¿Lo comprende? Señor Salvador. ¿Le ha quedado suficientemente claro?.- Clavelina guardó su móvil en el bolso.- Quiero traten la desaparición de Carmencita Polainas como secuestro, nada de desapariciones extrañas. La señora Carmencita es la principal persona que podría resolver este caso, pero llegamos tarde.- Clavelina nos miro a Margarita Rotemberger, Carmen Polo y a mi con cara de preocupación. En cierto modo era tan profesional que sentía el dolor como su propia hija y como el nuestro. Recordé lo que días antes habíamos hablado de ella. La madre asesinada de Clavelina Flowers y el caso que nunca se resolvió. Su implicación era cien por cien, de eso estábamos seguras y en cierto modo nos dio algo de tranquilidad al saber que contábamos con la mejor detective y además muy involucrada en el caso.
Clavelina Flowers recibió a los pocos minutos el maletín donde residían todos los informes de los asesinatos. Abrió el maletín y ojeo a la ligera.
- Bien. Aquí hay mucho trabajo.- Comento Clavelina sin apartar la vista de las hojas de los informes.- Vosotras podéis regresar a casa. Es una tontería estar todas aquí. Yo pasaré el resto de la noche estudiando todo los informes y vosotras podréis ayudar a la Marquesa y a la señorita Rita P a encontrar cualquier tipo de indicio en casa de Carmencita polainas.
- !Pero podríamos  ayudarla Clavelian¡.- Exclamó Margarita.
- Solo conseguirían distraerme. Trabajo mejor sola en estos temas.
Así nos dirigimos de vuelta a  casa de Carmencia Polainas con la idea de que mi abuela y Rita P habían descubierto alguna pista. Eran ya las 4 de la madrugada.
Clavelina flowers estaba entusiasmada con tanto papeleo. El comisario la observaba con rostro serio cuando la llevo a un despacho para que pudiera mirar milimetricamente todos los informes de los asesinatos. Había quedado claro quien era allí el hombre principal. Clavelina sonrió cuando el comisario Jefe cerro la puerta del despacho improvisado para dejarla trabajar sola con lo que hasta ahora había sido su caso en exclusiva.El comisario se sentía desplazado y odiaba sentirse a si y más aún desplazado del caso por una mujer.


MIENTRAS EN CASA DE CARMENCITA POLAINAS......
Cuando llegamos a casa de Carmencita Polainas mi abuela ya había contratado asistentas para todas. De cómo consiguió a aquellas horas intespectivas contratar servicio no puedo daros explicación. El caso que a primera hora de la mañana ya se encontraba las personas del servicio en la casa de Carmencita Polainas.
Yo me dirigí antes de nada a darme una ducha y vestirme para la reunión. Mi abuela y Rita P habían encontrado una agenda donde Carmencita Polainas anotaba todos los que haceres del día a día. También contrató a un chico joven como chófer pues conocía la ciudad al dedillo.
Carmen Polo y yo hacía años que no habíamos vuelto al pueblo y había cambiado tanto que ni ella ni yo sabíamos de direcciones y lugares para investigar. Aquel chico conocía la ciudad de cabo a rabo y además un chófer era tan necesario como el perfume que dotas llevábamos en nuestros equipajes. Lo que no comprendía muy bien es qué es lo que hacía en mi cuarto mientras yo me cambiaba y la asistenta me ayudaba a vestirme.
- ¿Qué hace usted aquí?
- Soy el chófer. Me ha contratado su abuela.
- Si eso lo se. Me refiero a ¿que está usted haciendo en mi habitación?. Yo estoy desnuda y usted esta ahí tan tranquilo.
- No se preocupe señorita Macarena. Digamos que prefiero la visión de un hombre peludo y desnudo.- El chico sonrió.
- ¿Eres gay?. !Vaya¡. Entonces disculpa mi acritud.-Continué vistiéndome como si nada. Estaba tan acostumbrada a todos mis amigos gays y las situaciones que habíamos pasado juntos que sé que un gay era completamente inofensivo en el aspecto sexual hacia una mujer, muchos nos idolatraban porque representabamos lo mejor que hay en la mujer.
- ¿Y como te lamas?.- Pregunté mientras me embutía en un traje Chanel.
- Mi nombre es David. Seré el chofer y las ayudaré a ir a todos los sitios donde me manden.
- Mi abuela siempre en todo. Es tan neurótica como yo.- Carcajeé abiertamente mientras me tomaba el pre-desayuno que consistía en un copazo de whiskey y un orfidal por lo de la ansiedad acumulada.
- Bajemos al salón. Nos estarán esperando.- Dije una vez vestida.- ¿Me acompañas David?.
- Claro señorita. Encantado.
David me abrió la puerta servicialmente. Noté que sus modales pasan de ser simples modales. Aquel chico se había criado o en su defecto había aprendido las artes de la alta alcurnia.
- Oye. ¿No te ha dicho nadie que le das un cierto aire a Colin Farrell?.
- No señora. Pero si usted lo dice.
- Y ¿cómo dices que te llamas?
- David Salamanca, señora.- Contestó con una sonrisa encantadora.


CLAVELINA REGRESA CON NOTICIAS. 
TODAS LA ESPERAMOS IMPACIENTES.


Después de toda una noche de trabajo. Clavelina Flowers regresó a casa de Carmencita polainas. Todas estábamos en el salón desayunando. 
Ella a pesar de haber estado toda una noche revisando los informes de los asesinatos lucia esplendida.
- Oye. ¿A ti nadie te ha dicho que te pareces mucho a Uma Thurman?.- Preguntó Margarita Rotemberger.
- Si. Varias veces.- Contestó Clavelina dejando su Ipad sobre la mesa.
- ¿Has conseguido averiguar algo?.- Preguntó nerviosa Carmen Polo.- ¿Sabes algo de la desaparición de mi madre?. ¿Donde está?.¿Esta bien?.
Clavelina se sirvió una taza de té caliente a pesar de que una de las criadas contratadas por mi abuela se ofreció a servírsela.
- No gracias.- Contestó Clavelina sonriendo amablemente a la chica de servicio.
Tomó un pequeño sorbo de té caliente. (Ah Dios que gusto) pensó. Pero inmediatamente regreso a la realidad de una Carmen Polo desquiciada por los nervios y a el montón de noticias negativas que traía con ella.
- No hay pistas sobre la desaparición de tu madre. El comisario Jefe, ese chulo inepto dice que deben pasar cuarenta y ocho horas como para ser tratado de secuestro o desaparición.
- ¿Y los informes de los asesinatos. Arrojan luz a todo este lío burlesco?.- Pregunté.
- Hay ciertas cosas. Nada del otro mundo que una especialista en ciencias del comportamiento no pueda ver en ellos. No hay nada fuera de lo común. Los asesinos en serie son muy especiales. Son bestias y a la vez muy básicos y sencillos. Inteligentes sí, pero básicos al fin de al cabo.
- No entiendo nada.- Dijo Rita P.
- Quiero decir.- Continuó hablando Clavelina Flowers.- Que todos los asesinos en sería tienen un modus operandi, digamos que una firma para ser reconocidos. Matan para ser capturados. Y juegan a quien es más listo si la policía o ellos. Por lo general los casos se resuelven pero las vidas de las victimas ya nadie se las devolverá.- Clavelina volvió a tomar un sorbo de té de su taza mirando por encima de ella muy seriamente a Carmen Polo.
David Salamanca el joven chófer se acerco discretamente a la mesa. Se sirvió una taza de té ya que él no era un simple criado sino el chico que nos ayudaría a visitar todos los lugares de la ciudad de Andújar que nosotras no conocíamos. La policía no iba ayudarnos en ese sentido así que mi abuela lo pensó todo. Contrató a David como chófer particular. Y porqué no decirlo. La presencia de un hombre ante un mundo repleto de machismo siempre nos vendría bien si encontrábamos alguna clase de traba.
- Estoy completamente de acuerdo con usted. Señora Clavelina.- Dijo David mientras se servía la taza de té.
- ¿Y usted quien es?.- Preguntó Clavelina mirando hacia mi abuela pues supo que mi abuela había contratado servicios domestico para nuestro bienestar, pero ¿qué hacía allí un hombre?.
- Cielos se me olvidaron las presentaciones. Señorita Clavelina le presento a David nuestro Chófer particular y digamos que nuestro guardaespaldas.- Contestó mi abuela.
- No necesitamos guardaepaldas. Yo estoy aquí. Soy experta en artes marciales. Deben sentirse seguras conmigo. Soy toda una profesional. Mi puntuación sobre tiro al blanco es extraordinaria. Deberían despedirlo. No nos hace falta.- Clavelina miró a David fríamente. ¿Que diablos pensaban aquellas locas que ella no estaba lo suficientemente preparada para un caso así?. ¿Que pensaban que necesitaba la fuerza de un hombre para ser salvadas de las garras del asesino?. Ella se había enfrentado a asesinos en serie sin ayuda de practicamente nadie. Cómo se les ocurría contratar un hombre. Detestaba aquella opción.
David se acercó despacio y elegantemente hacia Clavelina. Le sonrió, era un chico muy educado.
- Vaya parece que está usted tratando de seducirme.- Contestó Clavelina.- Lo que me faltaba una polla loca en medio de este caos.
- Señorita Clavelina con todos mis respetos yo podría ayudarlas.- Contestó David que se encontraba muy cerca de Clavelina.
- ¿Ayudarnos?, ¿Usted?. Pero vamos a ver. ¿Usted sabe con quien está hablando?.- Preguntó irónicamente Clavelina sonriendo descaradamente como si la incultura de David fuese evidenciada ante todas nosotras.
David tomo la mano de Clavelina Flowers. La miró a la cara y le dijo sonriendo.
- Podría hablarnos a todos de ese tal Ruben.- Dijo David ocultando todo lo posible lo que era evidentemente una sonrisa.
La cara de Clavelina Flowers cambió totalmente de expresión. No dejaba de mirar a David y a nosotras.
- ¿Como sabe usted lo de Ruben?.- Preguntó Clavelina mirando que aún David le tenia la mano agarrada.
- !Dios mio¡. Es usted un psíquico, un telépata.
- Este es un chófer.- Contestó Margarita Rotemberger.- Se ve que tanto trabajo la ha dejado a usted con las defensas bajas. ¿Desea un actimel?.
Clavelina no cambió su expresión. Se soltó de la mano de David.
- Usted es un Psíquico un telépata. Vaya, vaya, vaya.- Sonrió Clavelina.
- Perdonen pero no me estoy enterando de nada.- Contestó Rita P que ella además de haberse tomado ya su taza de té iba por la cuarta copa de Martini.
- Este chico puede leer la mente.- Contestó Clavelina sonriendo e impresionada. Había oido hablar de los Telépatas, de los Psíquicos pero nunca había tenido el placer de conocer a uno en persona.


CONTINURÁ......

3 comentarios:

  1. bravooooo Macarena .. muchisimas gracias por incluirme en la novela .. dios que subidon ... XD que pedazo de historia estoy deseando de leer como continua cielo .. besazos.. oleeee :)

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  2. COMO ME A MOLAO .. ES LA CAÑA TIA .. QUE PELOTAZO...:) UN BESO CIELO GRACIAS POR INCLUIRME EN LA NOVELA DE VERDAD DE CORAZON

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