Sor Agatha estaba reclinada sobre su cama en su celda. Una habitación austera de paredes grises con un crucifijo sobre la cabecera y un mueble con una palangana para lavarse la cara.
Se encontraba rodeada de Sor Angustia y Sor Piedad quienes la cuidaban con paciencia y devoción. Todas le tenían mucho cariño y también sabían que Sor Agatha no podía desfallecer pues era el miembro de la congregación que más dinero aportaba. En resumidas cuentas todo el convento vivía de sus divinos dones.
La hermana superiora Alfonsina se encontraba en su despacho hablando por teléfono con el director de la penitenciaria de depredadores sexuales "EL CORRAL DEL VICIO", Don Enrique Bachiller.
- Si sabemos que hace dos semanas que no acudimos a su cárcel. Pero eso no quiere decir que Sor Agatha esté preparada en unos días para realizar sus "milagros" con sus presidiarios. No, estoy segura que en tan solo unos días estará en plenas facultades.
- Hermana Alfonsina. No podemos continuar así. Necesitamos a Sor Agatha de inmediato. Los presos están completamente revolucionados y tememos un motín. Ya sabe hermana Alfonsina que nuestros presos son diferentes, nuestra penitenciaría es digamos que algo especial. Solo albergamos a depredadores sexuales y el gobiernos nos está forzando para que aumente el número de reinsertados. Dos semana es muchos tiempo Sor Alfonsina. La hermana Agatha debe estar dispuesta en tan solo unos días.
Alfonsina escuchaba la conversación mientras se fumaba un marlboro a escondidas con la ventana abierta. Tenia el ambientador preparado por si aparecía alguna hermana con algún problema que resolver. No sabia muy bien si Sor Agatha se recuperaría de su mal y temía dar la palabra de que en tan solo dos días acudirían a "EL CORRAL DEL VICIO" penitenciaria para depredadores sexuales.
Apagó la colilla sobre la mesa y aspiro el humo profundamente, eso la calmaba. Sacó del cajón cerrado una dosis de Orfidal y se la tomo como siempre sin agua alguna. Lo pensó muy seriamente, Sor Agatha debía estar dispuesta en dos días, si no era así se verían obligadas a llevarla en aquel estado de exaltación espiritual.
- Esta bien Don Enrique. No se preocupe por nada Sor Agatha estará dentro de dos días en su penitenciaria.- La hermana Alfonsina no sabia si había hecho bien o mal pero las reservas monetarias del convento estaban bajo mínimos.- !Esta puta crisis¡.- Exclamó colgando el teléfono.- !Y encima me he quemado el habito con el cigarrillo¡ pero qué mala suerte Dios bendito, dejanos respirar. Ya se que aprietas pero no ahogas pero hijo ya es que estamos moradas por falta de oxigeno.
MARGARITA ROTENBERGER DESTRADIVARUS DE TODOS LOS SANTO LLEGA AL PUEBLO PARA COMPRAR LAS DELICIAS DEL CONVENTO.
Después de aparcar su jaguar en una plazoleta temerosa de que lo niños del pueblo al ver tan magnifico coche por pura maldad (¿Acaso son de otra forma lo niños?. Pensó Margarita) le rayasen el coche rojo metalizado.
Pregunto a varias ancianas que se encontraba sentadas a las puertas de sus casas a pesar del frió del día y el viento solano que corría hacía enloquecer a cualquiera. Dejó la pamela en el coche y pensó que sería mejor llevar un pañuelo de Armani anudado a la cabeza estílo estrellas de hollywood estilo road movie. Su apariencia era como si la princesa de España se hubiera presentado en ese pueblo olvidado para comprar una docenas de dulces de un convento del que nadie sabia nada.
Las ancianas ataviadas con toquillas a los hombros le indicaron la dirección del convento que se encontraba a la afueras.
- !Pero qué wonderful toquilla¡.- Exclamo Margarita.- Eso en Serrano te cuesta un mes del sueldo de un parado.
- ¿Pero tengo que coger el coche o puedo ir andando?.- Preguntó Margarita siendo lo más simpática posible. No quería dar mala impresión de una mujer de mundo y enpaque ante aquellas pobres ancianas.
- Puede ir usted andando perfectamente. Contesto una de las ancianas dándole un codazo inapreciable a su compañera mirando las dos las calles adoquinadas y los zapatos carísimos de la señora de Madrid.
- Vaya andando mujer, !Vaya¡.
Margarita transcurridos diez minutos andando sobre aquellos calles adoquinadas con sus zapatos de diseño se cago literalmente en la madre que parió a las ancianas llamándolas viboras mal nacidas.
- Para que te fies del pueblo llano.
Unos minutos después llego a las puertas del convento. Llamo pero nadie abría la puerta. Una puerta inmensa de madera robusta con dos crucifijos en cada hoja. Espero varios minutos y decidió dirigirse a la parte posterior del convento. Los muros que lo rodeaban estaban pintados de blanco. La pintura estaba descarillada.
Al fondo del muro se encontró una puerta semiabierta. Podía oír unas conversaciones acerca de una tal Sor Agatha y de lo enferma de éxtasis espiritual que estaba. Hablaban entre ellas de la necesidad de acudir a la penitenciaria lo antes posible para cobrar por los servicios de la hermana. Las monjas hablaban como si se tratasen de vecinas de un bloque de lavapiés. Margarita Rotenberger se pudo enterar de todo.
- Disculpen señoras.- Dijo Margarita abriendo la puerta muy lentamente mirando todo a su alrededor donde se encontró con un patio llenos de limoneros un huerto seco y una monjas relajadas fumandose un pitillo. Las hermanas al ver a la extraña entrar por la puerta de inmediato tiraron los cigarrillos como si las hubieran pillado atracando un banco.
- Verán vengo desde Madrid para compras sus dulces tan famosos. Pero algo me dice que aquí hay algo más interesante que una docena de dulces. ¿Quien es Sor Agatha?. Estoy completamente segura que me lo contaran todo, aunque he de decirles que ya he podido oír más de la mitad de lo que ustedes les hubiera gustado que escuchase. A la hermana superiora imagino que no le hará gracia que sus hermanas anden fumando cigarrillos en su tiempo libre y chismorreando acerca de una hermana que por lo que se ve es el portento del convento. Me lo cuentan todo. O me chivo de todo. Ustedes eligen. Seguro que la hermana superiora no soportara su comportamiento de verduleras en monjas tan devotas como ustedes.
Margarita Rotenverger Destradivarius De Todos Los Santos, regresó a Madrid con dos docenas de delicias de Santa Mónica De Alabastros y con toda la información sobre Sor Agatha. Esa tarde la reunión de té con sus "más mejores amigas" seria más que especial.
PENITENCIARIA DE DEPREDADORES SEXUALES "EL CORRAL DEL VICIO". DOS DÍAS DESPUÉS.
Sor Agatha completamente recompuesta del subidon de éxtasis divino entró a la penitenciaria acompañada de la madre superiora Alfonsina y de Sor Mina como tesorera del convento tenía que organizar la factura de la intervención de la joven monja.
Los pasillos eran largos y a los lados los presos en su celdas aplaudían al ver pasar a Sor Agatha. La vitoreaban le gritaban "guapa", "hermosa" y alguno que otro un poco más ordinario le increpaba con un "desde aquí puedo oler tu coño", esos eran lo peores. A Sor Agatha le dio un impulso de vomitar al oir la frase. Sabía perfectamente a lo que acudía y que Dios le había otorgado aquel don para hacer el bien a la sociedad pero era muy duro de llevar, a veces.
El director Don Enrique recibió a las hermanas en su despacho. Un despacho en color crema con cortinas verdes y muebles de roble oscuros. Tomó asiento fumando un puro.
- Espero que no les moleste el humo.- Dijo soplando una gran cantidad.
- Si no le importa Don Eduardo la niña está delicada y el humo y olor del puro le dan nauseas.- Contestó la madre superiora.
- Pues nada. Se apaga el puro y todo solucionado.- El director apagó el puro con fuerza sobre un cenicero de cristal barroco.- Sor Agatha, ¿está usted preparada?.
- Si señor. Contestó tímidamente mirando los cuadros que colgaban de la paredes de antiguos directores de la penitenciaria.
- Pues bien. ¿Podemos comenzar ahora mismo?. Vayamos a la habitación. Ya hay diez presos esperando. Pobres inocentes.- Don Enrique carcajeo fuertemente.
La habitación estaba decorada diferente al resto del recinto. Era incluso agradable. Cortinas blancas, la cama con dosel en el centro también cubierta con colcha de color blanco. Tenias la sensación de estar en una nube.
Sor Agatha entró en la habitación y comenzó a desnudarse. Se quedo completamente desnuda pero no se descubrió la cabeza. El primer preso entro. Se bajó los pantalones mientras Sor Agatha se encontraba inmóvil tumbada sobre la cama.
- Poseame.- Dijo timidamente la joven.
- Encantado guapetona.
El preso copulo con Sor Agatha salvajemente susurrandole obscenidades al oído. Cuando termino un guardia lo llevo de nuevo a su celda. Así pasaron los nueve presos restantes.
Sor Mina hacia cuentas en el despacho de Don Enrique. Una factura en B por un total de cinco mil euros.
- Como siempre es usted un pagador extraordinario.- Comento Sor Mina contando los billetes con tal rapidez que pareciase haberse tomado un par de red bull´s.
Dos días después los diez presos que mantuvieron relaciones sexuales con Sor Agatha quedaron completamente impotentes. Su impulso sexual había desaparecido. Eran corderitos mansos. El Don Divino de la joven monja había obrado tan eficaz como siempre.
Cuando Sor Agatha regresó al convento. Tomo una ducha de agua caliente. Se enjabono todo el cueerpo con jabon casero y se frotono con una esponja exfoliante vegetal hasta enrojecer sucuerpo.
Una vez en su celda vistio un nuevo habito y levantó una tabla suelta del suelo donde haía un pequeño agujero del cual sacó una botella de Jack´s Daniels bebiendo de ella un gran trago. A mitad de la botella Sor Agatha se quedó dormida.
TARDE DE TÉ, DELICIAS DE SANTA MÓNICA Y LA DESESPERACIÓN DE RITA P.
La amigas se encontraban sentadas en el saloncito de té estilo moderno, todo muy metálico con un toque extravagante barroco como las cortinas rojo teatro y algunos muebles en color dorado y negro. Margarita Rotenberger Destradivarius De Todos Los Santos había pues al corriente a todas sus "mas mejores amigas" la extraña historia de Sor Agatha.
- Me enteré de todo precisamente cuando recomendada por Rodolfa mi chacha fui al convento para comprar estas delicias de San "nosequé".
- ¿Y dices que tiene el don divino de la santidad?. Pregunto mientras sorbía un poco de té la Duquesa Del Pepinillo Siempre tieso.- Muy interesante.
- Bueno, yo diría más que interesante. Un Monja que es violada sistimaticamente por depredadores sexuales para que obre el milagro de dejarlos impotentes sexualmente hablando.- Contesté mientras me zampaba una de las delicias de Santa Mónica tremendamente dulces y azucaradas.
- Desde luego es que tenéis una vida tan flipante tan de hacer por hacer.- Contesto indignada Rita P.- Con el problema que tengo yo en casa. Con mi hija Mary Joe. Está de un violento atroz. Parece un personaje de esos del programa "Hermano Mayor" pero, peor. Además de ser violenta conmigo es gótica, pero a la jodida le encanta los zapatos de Prada. ¿Vosotras comprendeis que una Gótica vaya hecha un mamarracho todo de negro estilo Marilyn Manson con zapatos de Prada?. Esta niña me va ha quitar la vida.- Rita P no paraba de comer delicias de Santa Mónica.
- Es el estrés. Me dar por comer y luego liposupción al canto y es como una espiral en la que entras y no puedes salir. Es horroroso, horroroso.- Contesto llorando zampantose la ultima delicia.
- ¿Qúe dicen los psiquiatras del López Ibor?.- Pregunto María Teresa Bosques.- Son unos excelentes profesionales.
- Nadie se decide a dar un diagnostico. Algunos aseguran que es el comienzo de una ezquizofrenia. Otros dicen que estrés postraumatico. ¿Pero qué trauma ni leches?. Otros un trastorno adaptativo mixto con trastorno de la ansiedad generalizada y trastorno de la personalidad no especificada. Esto es insoportable. Mañana mismo hemos quedado para realizarle más pruebas con el doctor Hannibal Tecter.
Margarita Rotenberger Destradivarios De Todos Los Santos se le ocurrió una idea maravillosa.
- Rita P. ¿Por que no llevas a Mary Joe a visitar a Sor Agatha?.
- ¿Para que la deje impotente?.- Contestó Rita P en tono de reproche.- Qué tonterías dices.
- Mujer por probar no se pierde nada. !Si ningún psiquiatra se atreve a dar un diagnostico y un tratamiento y Mary Joe va a peor según nos cuentas¡. No es mala idea. Los Santos están para obrar milagros. Quizás ayude a Mary Joe.- Dije en tono conciliador. Con Rita P no se podía hablar a la defensiva pues siempre saldrías perdiendo.
- No digáis más tonterías. Mañana tenemos cita con el psiquiatra y nos dará un diagnostico y un tratamiento si lo necesitara.- !Ahhhh¡.- Gritó irritada.- La culpa de todo la tiene el padre de la niña que la tiene muy mimada. Os podéis creer que le ofreció un puesto en la multinacional del chorizo "Petuny" y la niña lo rechazó. ¿Sabeis donde está trabajando ahora?. En un sexshop.- Rita P dejó caer la taza de porcelana que le regalo a Margarita el Duque de Winchester.-
- A esa niña le pasa algo. De eso estoy segura querida Rita P.- Contesto con toda la sabiduría de los años mi abuela La Duquesa.
- Ya se que no se encuentra bien el problema es qué demonios le ocurre.- Contesto Rita P levantandose para marcharse a una sesión de dermoabrasión del cutis.- Bueno chicas mañana telefoneo y os cuento algo. Besos a todas.
Se retiro del saloncito acompañada por la chacha Rodolfa hasta la puerta.
LA VIDA DE MARY JOE.
La joven Mary Joe contaba con tan solo diecisiete años. Era una chica introvertida lo que viene a ser una inadaptada social a pesar de tenerlo todo. Su padre le regalaba cualquier cosa que Mary Joe pidiera. La dejaba ir de vacaciones con chicas y chicos durante semanas y no tenía la atención de llamar a su madre Rita P. Esta culpaba de la situación de la niña a su marido que por el divorcio se sentí culpable por no estar más tiempo con su hija.
Mary Joe era Gótica pero le encantaba llevar zapatos de diseñadores como Prada su favorito. Su padre le ofreció un puesto en la empresa de embutidos "Petuny" como directora de marketing, pero la niña rechazo el empleo y se colocó a trabajar en un sexshop underground en el barrio de Chueca. La dueña era amiga de Mary Joe y le hizo ese favor sabiendo esta ultima que Mary Joe no era lo que se dice una Santa. Más bien era un poco puta y se tiraba a todo ser viviente gritandole a veces: "Chupame la sangre".
Mary odiaba a su madre Rita P por haberse divorciado del padre. Le hacía la vida imposible y tenia unos aspectos de la misma que no eran digamos "normales". Mataba gatos y los metía en cajas de zapatos. Pinchaba murciélagos vivos en la pared de su dormitorio e insultaba a su madre con palabras soezes como : "Hija de la gran puta", "Cabrona cornuda", "Mal nacida". "Bruja".
Su ira era tal que comenzaba a hacerse daño a ella misma cortándose los brazos con cuchillas de afeitar que había dejado el padre olvidadas en casa. Cuando los brazos estaban sangrando abundantemente se lo enseñaba a la madre.
- Arderé en el infierno por tus pecados.- Y acto seguido se desmayaba.
Rita P estaba en un estado de ansiedad continuo. Llegando a pensar que su hija estaba poseída por un ser maligno ya que a veces los objetos de la casa, como aquel jarrón de la dinastía Ming se tambaleaba varios segundos en presencia de ambas, madre e hija. Mary Joe sonreía siniestramente.
Mary Joe jugueteaba con las sectas satánicas. Iban a cementerios con sus colegas góticos y celebraban fiestas en honor a satanas. Rita P estaba al corriente de todo pues había puesto un detective privado a su hija. La única condicion que puso Rita P al detective es que jamás Mary Joe podria sospechar que la estaban vigilando.
- Disculpen señoras.- Dijo Margarita abriendo la puerta muy lentamente mirando todo a su alrededor donde se encontró con un patio llenos de limoneros un huerto seco y una monjas relajadas fumandose un pitillo. Las hermanas al ver a la extraña entrar por la puerta de inmediato tiraron los cigarrillos como si las hubieran pillado atracando un banco.
- Verán vengo desde Madrid para compras sus dulces tan famosos. Pero algo me dice que aquí hay algo más interesante que una docena de dulces. ¿Quien es Sor Agatha?. Estoy completamente segura que me lo contaran todo, aunque he de decirles que ya he podido oír más de la mitad de lo que ustedes les hubiera gustado que escuchase. A la hermana superiora imagino que no le hará gracia que sus hermanas anden fumando cigarrillos en su tiempo libre y chismorreando acerca de una hermana que por lo que se ve es el portento del convento. Me lo cuentan todo. O me chivo de todo. Ustedes eligen. Seguro que la hermana superiora no soportara su comportamiento de verduleras en monjas tan devotas como ustedes.
Margarita Rotenverger Destradivarius De Todos Los Santos, regresó a Madrid con dos docenas de delicias de Santa Mónica De Alabastros y con toda la información sobre Sor Agatha. Esa tarde la reunión de té con sus "más mejores amigas" seria más que especial.
PENITENCIARIA DE DEPREDADORES SEXUALES "EL CORRAL DEL VICIO". DOS DÍAS DESPUÉS.
Sor Agatha completamente recompuesta del subidon de éxtasis divino entró a la penitenciaria acompañada de la madre superiora Alfonsina y de Sor Mina como tesorera del convento tenía que organizar la factura de la intervención de la joven monja.
Los pasillos eran largos y a los lados los presos en su celdas aplaudían al ver pasar a Sor Agatha. La vitoreaban le gritaban "guapa", "hermosa" y alguno que otro un poco más ordinario le increpaba con un "desde aquí puedo oler tu coño", esos eran lo peores. A Sor Agatha le dio un impulso de vomitar al oir la frase. Sabía perfectamente a lo que acudía y que Dios le había otorgado aquel don para hacer el bien a la sociedad pero era muy duro de llevar, a veces.
El director Don Enrique recibió a las hermanas en su despacho. Un despacho en color crema con cortinas verdes y muebles de roble oscuros. Tomó asiento fumando un puro.
- Espero que no les moleste el humo.- Dijo soplando una gran cantidad.
- Si no le importa Don Eduardo la niña está delicada y el humo y olor del puro le dan nauseas.- Contestó la madre superiora.
- Pues nada. Se apaga el puro y todo solucionado.- El director apagó el puro con fuerza sobre un cenicero de cristal barroco.- Sor Agatha, ¿está usted preparada?.
- Si señor. Contestó tímidamente mirando los cuadros que colgaban de la paredes de antiguos directores de la penitenciaria.
- Pues bien. ¿Podemos comenzar ahora mismo?. Vayamos a la habitación. Ya hay diez presos esperando. Pobres inocentes.- Don Enrique carcajeo fuertemente.
La habitación estaba decorada diferente al resto del recinto. Era incluso agradable. Cortinas blancas, la cama con dosel en el centro también cubierta con colcha de color blanco. Tenias la sensación de estar en una nube.
Sor Agatha entró en la habitación y comenzó a desnudarse. Se quedo completamente desnuda pero no se descubrió la cabeza. El primer preso entro. Se bajó los pantalones mientras Sor Agatha se encontraba inmóvil tumbada sobre la cama.
- Poseame.- Dijo timidamente la joven.
- Encantado guapetona.
El preso copulo con Sor Agatha salvajemente susurrandole obscenidades al oído. Cuando termino un guardia lo llevo de nuevo a su celda. Así pasaron los nueve presos restantes.
Sor Mina hacia cuentas en el despacho de Don Enrique. Una factura en B por un total de cinco mil euros.
- Como siempre es usted un pagador extraordinario.- Comento Sor Mina contando los billetes con tal rapidez que pareciase haberse tomado un par de red bull´s.
Dos días después los diez presos que mantuvieron relaciones sexuales con Sor Agatha quedaron completamente impotentes. Su impulso sexual había desaparecido. Eran corderitos mansos. El Don Divino de la joven monja había obrado tan eficaz como siempre.
Cuando Sor Agatha regresó al convento. Tomo una ducha de agua caliente. Se enjabono todo el cueerpo con jabon casero y se frotono con una esponja exfoliante vegetal hasta enrojecer sucuerpo.
Una vez en su celda vistio un nuevo habito y levantó una tabla suelta del suelo donde haía un pequeño agujero del cual sacó una botella de Jack´s Daniels bebiendo de ella un gran trago. A mitad de la botella Sor Agatha se quedó dormida.
TARDE DE TÉ, DELICIAS DE SANTA MÓNICA Y LA DESESPERACIÓN DE RITA P.
La amigas se encontraban sentadas en el saloncito de té estilo moderno, todo muy metálico con un toque extravagante barroco como las cortinas rojo teatro y algunos muebles en color dorado y negro. Margarita Rotenberger Destradivarius De Todos Los Santos había pues al corriente a todas sus "mas mejores amigas" la extraña historia de Sor Agatha.
- Me enteré de todo precisamente cuando recomendada por Rodolfa mi chacha fui al convento para comprar estas delicias de San "nosequé".
- ¿Y dices que tiene el don divino de la santidad?. Pregunto mientras sorbía un poco de té la Duquesa Del Pepinillo Siempre tieso.- Muy interesante.
- Bueno, yo diría más que interesante. Un Monja que es violada sistimaticamente por depredadores sexuales para que obre el milagro de dejarlos impotentes sexualmente hablando.- Contesté mientras me zampaba una de las delicias de Santa Mónica tremendamente dulces y azucaradas.
- Desde luego es que tenéis una vida tan flipante tan de hacer por hacer.- Contesto indignada Rita P.- Con el problema que tengo yo en casa. Con mi hija Mary Joe. Está de un violento atroz. Parece un personaje de esos del programa "Hermano Mayor" pero, peor. Además de ser violenta conmigo es gótica, pero a la jodida le encanta los zapatos de Prada. ¿Vosotras comprendeis que una Gótica vaya hecha un mamarracho todo de negro estilo Marilyn Manson con zapatos de Prada?. Esta niña me va ha quitar la vida.- Rita P no paraba de comer delicias de Santa Mónica.
- Es el estrés. Me dar por comer y luego liposupción al canto y es como una espiral en la que entras y no puedes salir. Es horroroso, horroroso.- Contesto llorando zampantose la ultima delicia.
- ¿Qúe dicen los psiquiatras del López Ibor?.- Pregunto María Teresa Bosques.- Son unos excelentes profesionales.
- Nadie se decide a dar un diagnostico. Algunos aseguran que es el comienzo de una ezquizofrenia. Otros dicen que estrés postraumatico. ¿Pero qué trauma ni leches?. Otros un trastorno adaptativo mixto con trastorno de la ansiedad generalizada y trastorno de la personalidad no especificada. Esto es insoportable. Mañana mismo hemos quedado para realizarle más pruebas con el doctor Hannibal Tecter.
Margarita Rotenberger Destradivarios De Todos Los Santos se le ocurrió una idea maravillosa.
- Rita P. ¿Por que no llevas a Mary Joe a visitar a Sor Agatha?.
- ¿Para que la deje impotente?.- Contestó Rita P en tono de reproche.- Qué tonterías dices.
- Mujer por probar no se pierde nada. !Si ningún psiquiatra se atreve a dar un diagnostico y un tratamiento y Mary Joe va a peor según nos cuentas¡. No es mala idea. Los Santos están para obrar milagros. Quizás ayude a Mary Joe.- Dije en tono conciliador. Con Rita P no se podía hablar a la defensiva pues siempre saldrías perdiendo.
- No digáis más tonterías. Mañana tenemos cita con el psiquiatra y nos dará un diagnostico y un tratamiento si lo necesitara.- !Ahhhh¡.- Gritó irritada.- La culpa de todo la tiene el padre de la niña que la tiene muy mimada. Os podéis creer que le ofreció un puesto en la multinacional del chorizo "Petuny" y la niña lo rechazó. ¿Sabeis donde está trabajando ahora?. En un sexshop.- Rita P dejó caer la taza de porcelana que le regalo a Margarita el Duque de Winchester.-
- A esa niña le pasa algo. De eso estoy segura querida Rita P.- Contesto con toda la sabiduría de los años mi abuela La Duquesa.
- Ya se que no se encuentra bien el problema es qué demonios le ocurre.- Contesto Rita P levantandose para marcharse a una sesión de dermoabrasión del cutis.- Bueno chicas mañana telefoneo y os cuento algo. Besos a todas.
Se retiro del saloncito acompañada por la chacha Rodolfa hasta la puerta.
LA VIDA DE MARY JOE.
La joven Mary Joe contaba con tan solo diecisiete años. Era una chica introvertida lo que viene a ser una inadaptada social a pesar de tenerlo todo. Su padre le regalaba cualquier cosa que Mary Joe pidiera. La dejaba ir de vacaciones con chicas y chicos durante semanas y no tenía la atención de llamar a su madre Rita P. Esta culpaba de la situación de la niña a su marido que por el divorcio se sentí culpable por no estar más tiempo con su hija.
Mary Joe era Gótica pero le encantaba llevar zapatos de diseñadores como Prada su favorito. Su padre le ofreció un puesto en la empresa de embutidos "Petuny" como directora de marketing, pero la niña rechazo el empleo y se colocó a trabajar en un sexshop underground en el barrio de Chueca. La dueña era amiga de Mary Joe y le hizo ese favor sabiendo esta ultima que Mary Joe no era lo que se dice una Santa. Más bien era un poco puta y se tiraba a todo ser viviente gritandole a veces: "Chupame la sangre".
Mary odiaba a su madre Rita P por haberse divorciado del padre. Le hacía la vida imposible y tenia unos aspectos de la misma que no eran digamos "normales". Mataba gatos y los metía en cajas de zapatos. Pinchaba murciélagos vivos en la pared de su dormitorio e insultaba a su madre con palabras soezes como : "Hija de la gran puta", "Cabrona cornuda", "Mal nacida". "Bruja".
Su ira era tal que comenzaba a hacerse daño a ella misma cortándose los brazos con cuchillas de afeitar que había dejado el padre olvidadas en casa. Cuando los brazos estaban sangrando abundantemente se lo enseñaba a la madre.
- Arderé en el infierno por tus pecados.- Y acto seguido se desmayaba.
Rita P estaba en un estado de ansiedad continuo. Llegando a pensar que su hija estaba poseída por un ser maligno ya que a veces los objetos de la casa, como aquel jarrón de la dinastía Ming se tambaleaba varios segundos en presencia de ambas, madre e hija. Mary Joe sonreía siniestramente.
Mary Joe jugueteaba con las sectas satánicas. Iban a cementerios con sus colegas góticos y celebraban fiestas en honor a satanas. Rita P estaba al corriente de todo pues había puesto un detective privado a su hija. La única condicion que puso Rita P al detective es que jamás Mary Joe podria sospechar que la estaban vigilando.
La noche antes de acudir a la cita con el psiquiatra el doctor Hannibal Tecter. Mary Joe se levantó despacio, salió desu habitación y acudio al dormitorio de la madre. Abrió la puerta y se acercó lentamente hacia los pies de la cama.
- En nombre de Mefisto y todos sus demonios.- Gritó Mary Joe.
Rita P se sobresalto despertandose de inmediato. Observando la tez blanca de su hija y los labios morados. Pero habia algo extraño. !Si, estaba segura¡. No llevaba maquillaje gótico.
- En nombre de Belcebú. Mira lo que hace la PIJA de tu hija.- Mary Joe abrió el armario de su madre y con un cuchillo comenzo a rasgar los vestidos de grandes firmas.
- !Oh Dios mio¡.- Exclamo aterrorizada la madre.- Ayudanos Señor.- Sollozo Rita P.- Sus ojos permanecían abiertos como faros. Su cuerpo temblaba de terror. Cuando vio que Mary Joe con el cuchillo en mano se acercaba a uno de sus trajes grito aterrorizada. Las ventanas se abrieron por el viento que soplaba de aquel crudo invierno. Soltó la almohada tirandola al suelo y de rodillas en la cama grito a pleno pulmón arañandose la cara.
- Hija puta el Chanel Noooooooooooooooo............
Continuará........
- Hija puta el Chanel Noooooooooooooooo............
Continuará........