Domingo.......
LA VISIONARIA QUE SOÑABA CON UNA CERILLA Y UN BIDÓN DE GASOLINA
Doña Carmen cerró la puerta de su casa apresudaramente. Esta vez había tardado más en realizar sus labores de buena esposa.
Su marido, oculto tras las paredes en un cubículo de su casa, la había penetrado dos veces como una bestia salvaje.
Su marido, oculto tras las paredes en un cubículo de su casa, la había penetrado dos veces como una bestia salvaje.
Al final de la calle se encontraba María Dolores la mano derecha de Doña Carmen. Miraba cómo la visionaria cerraba la puerta con rapidez. Doña Carmen miró hacia donde estaba María Dolores y no pudo evitar llevarse una sorpresa.
María Dolores tenía en su mirada en ese momento algo especial, pensó Doña Carmen.
Sin duda el rumor ya se había expandido como el ébola en las selvas amazónicas. La abuela que había sido interrogada por aquella dama sofisticada y parlanchina a la que sus amigas las putas de babilonia llamaban Margarita, se había ido de la lengua algo más de lo necesario.
Sin duda el rumor ya se había expandido como el ébola en las selvas amazónicas. La abuela que había sido interrogada por aquella dama sofisticada y parlanchina a la que sus amigas las putas de babilonia llamaban Margarita, se había ido de la lengua algo más de lo necesario.
- Ha tardado usted hoy más de lo normal Doña Carmen.- Dijo María Dolores en un tono serio.
- La Virgen tiene nuevos planes para nosotras hermana María. El Juicio a la zorras de Belcebú debe dar comienzo inmediatamente.- Contestó Doña Carmen sin ápice de remordimientos en su rostro. Con una frialdad a las que las visionarias estaban acostumbradas.
Por nada del mundo podría permitirse el lujo de que alguna de su súbditas devotas la mirasen con recelo, y María Dolores lo había hecho. Algo había sucedido fuera de su presencia, pensó Doña Carmen. Y lo que hubiera sucedido estaba claro que no había sido bueno.
Por nada del mundo podría permitirse el lujo de que alguna de su súbditas devotas la mirasen con recelo, y María Dolores lo había hecho. Algo había sucedido fuera de su presencia, pensó Doña Carmen. Y lo que hubiera sucedido estaba claro que no había sido bueno.
Ambas visionrias se dirigíeron hacia la plaza mayor del pueblo. Doña Carmen portaba en una mano una caja de cerillas y en la otra un pequeño bidón de gasolina.
Al girar la esquina de la plaza mayor se pudo oír cierta algarabía y la voz incondunfible de aquella maldita zorra cotorra de la ciudad, la zorra parlanchina.
Margarita aún maniatada contaba a voz en grito lo que pensaba que estaba sucediendo a el resto de la comunidad. Nosotras intentamos detenerla pero Margarita me aseguró que era la primera vez en su vida que estaba segura de algo y que haría todo lo posible por sacarnos de aquel atolladero.
- Si señoras. Como lo están oyendo. Su líder, la gran Visionaria Doña Carmen oculta a su esposo en casa. Por eso todos los días se retira de vuestra presencia justo a las dos en punto. ¿Y saben por qué?.- Les preguntó a todas la visionarias que la miraban en silencio. El tono de su voz y la convicción de Margarita había hecho enmudecer a las congregadas.
- ¿Que es lo que hacían ustedes a las dos en punto del medio día todos los días del año festivos incluidos?.- Pregunto Margarita a las visionarias que permanecían por primera vez en silencio. Parecía que la pregunta había hecho mella en los pensamientos de todas la mujeres del pueblo. Comenzaron a mirarse las unas a las otras con un ápice de inseguridad. Sabían a lo que aquella parlanchina de ciudad se quería referir.
La anciana Casilda que había sido interrogada con anterioridad por Margarita, contestó por todas ellas:
La anciana Casilda que había sido interrogada con anterioridad por Margarita, contestó por todas ellas:
- Poner la mesa a nuestros maridos.
El sonido de la exclamación corrió a lo largo de la plaza mayor en un constante e inalterable, OOOhhhhhh !!!.
LA ÚLTIMA APARICIÓN DE LA VIRGEN MARÍA
- ¿Qué es lo que sucede aquí?.- Preguntó Doña Carmen con toda su autoridad.- ¿Qué clase de blasfemia vierte esa boca putrefacta contra mi persona, contra la Gran Visionaria?. He estado hablando con la Virgen María como todos los días a las dos en punto de la tarde. Fue así como me lo pidió el primer día que se me apareció en el árbol sagrado. Tenemos una nueva misión, sino la cumplimos, nuestras hijas deberán acompañar al más allá junto con sus padres y hermanos y dar explicaciones ante el altísimo por nuestros pecados.
La pequeña rebelión que se había formado en un instante desapareció por completo. Las mujeres visionarias tomaron de sus manos a las pocas niñas que quedaban en el pueblo.
- Nuestras hijas no.- Comentó una de ellas casi a modo de suplica. Hágase la voluntad de la Santísima Virgen Del Árbol Sagrado.
Todas bajaron la cabeza. Harían lo que fuese necesario para salvar las vidas de la niñas del pueblo.
Doña Carmen sonrió casi inapreciablemente. Su poder ante todas estaba todavía en pleno auge. La seguirían hasta la muerte como ya lo hicieron una vez. Aquellas mal nacidas de la ciudad no acabarían con su poder en la congregación. Ella era la elegida por la Virgen María para redimir el pecado en aquel pueblo, así había sido y así sería por siempre.
- Hay que quemarlas inmediatamente.- Alzó el bidón de gasolina y las cerillas.- Esa ha sido la palabra de la Virgen María. Doña Carmen se encontraba frente a nosotras en primera linea. El olor a gasolina nos llegó a todas.
Rita P lloraba desconsoladamente. No estaba dispuesta a morir churrascada como un filete en una cocina de tercera. Sacó un pañuelo del bolso y secó sus lágrimas.
- !Mamá, estas desatada¡.- Exclamó Mary Joe.
- Si hace un tiempo que ya lo estaba pero no dije nada por acompañaros en el suplicio. Se me hacia feo estar más a gusto que vosotras doloridas por las cuerdas.
- !Estas loca¡.- Exclamó Agatha Klein.- Corre, Corre hacia el campamento.
Rita P nos miró a todas un poco asustada. Ella, ella que nunca había hecho nada importante en la vida excepto comprar grandes trajes de Dior, era la responsable de nuestra salvación.
Bajó rauda la escalinata del patíbulo. No supo donde dirigirse. Algunas visionarias ya se habían dado cuenta.
- Mamá corre todo lo más fuerte que puedas.- Dijo su hija Mary Joe.- Si corres rápido te aseguro que papá se quedará impotente y ya no podrá follarse a esa rubia guarra de veinte años.
Rita P miró a su hija. Todo sucedió en un segundo. La idea de correr rápido y la recompensa por hacerlo si era cierto lo que decía su hija Mary Joe era completamente divina. Su marido impotente, jajajajajaaajaaaa. Comenzó a correr hacia el campamento como una loca.
- !Maldita sea¡.- Grito Doña Carmen con la cara completamente desencajada llena de ira.- !Maribel, Lucía, Alice¡. Ir tras ella y capturarla inmediatamente.- Doña Carmen había elegido a las visionarias más jóvenes y atléticas de la congregación. Aquella bruja no podía escapar y contar su secreto al resto del mundo. Su poder se vio alterado por unos momentos y esa sensación no le gustó nada.
Tal fue la sorpresa de La Duquesa Del Pepinilo Siempre Tieso Martinez De Espumosa Batida de los Batida de toda la vida cuando pudo ver a Alice Bill introducida entre aquella secta, que no pudo contener la risa de satisfacción, así que como una loca comenzó a reír.
- !Pero bueno. Y a esta que le pasa¡. ¿Como se puede reír usted con el cuadro que tenemos?. !Que nos van a quemar vivas¡. Por Dios mujer un poco de decoro.- Margarita estaba indignada.
-Mujer, serán los nervios.- Contesté extrañandome muchísimo la reacción de mi abuela.
Aquella mañana el cielo seguía encapotado, gris, triste. El ambiente era como sacado de una mala novela de Stephen King.
Ante la puerta de Doña Carmen todas esperaban la verdad que las hiciera libres.
La anciana Casilda salió de la casa llorando. Cayó de rodillas en el mismo quicio de la puerta. Miraba al cielo y lloraba desconsolada. Gritaba el nombre de Pedro su esposo pidiéndole perdón. Todas se temían lo peor.
De la casa salió una chica asustada. Vestía arapos y estaba muy sucia además de apestar a humanida. Se tapó los ojos pues el sol le molestaba. El día nublado había dado paso aun día radiante, sin duda hecho este producido por la autentica Virgen María que todas habían visto sobre el patíbulo. ¿Quien era esa muchacha que salia de casa de Dona Carmen?. Nadie de las allí presentes la conocía.
Tras la chica salio Calixto el marido de Doña Carmen vestido con un traje gris impoluto. Peinado, afeitado y perfumado. La vergüenza asomó a sus ojos que no pudo ocultar tras aquel aspecto de pulcritud. Las mujeres lo tomaron y amordazaron fuertemente llevándolo a él y a la chica desconocida hacia la plaza. Quizás al fin de al cabo la hoguera no se iba a desperdiciar.
Su vida había sido una carrera a la soledad de la feminidad sin poder expresar los sentimientos de mujer que le ardían por dentro bajo el yugo del hombre.
Doña Carmen había recibido constantes abusos sexuales por parte de su padre y hermanos. Aquel sufrimiento la marcó de por vida y suplicó frente a la imagen de una Virgen que tenían en casa, juro vengarse del ser humano. Vengarse del diablo, vengarse del hombre.
Una vez muerto su padre y muertos sus hermanos de una extraña y repentina enfermedad. Doña Carmen tomó fuerza y barajó a su marido con las mejores armas de mujer, el sexo.
De la noche a la mañana pasó de ser una mujer con miedo y sin poder a sentir el poder por todo su cuerpo. Incluso su mente le pedía más poder, más sabiduría. Le gustaba someter a los demás a su antojo y capricho y lo consiguió con el fervor de la religión.
Se invento que había visto a la Virgen María suspendida flotando en una nube en el viejo árbol que había en la entra del pueblo. Engañó con tremendas argucias de arpía a todas las mujeres del pueblo por su sana incultura. Ahora todos, los padres, hijos y maridos pagarían por sus pecados.
Las enlutadas aparecieron todas en la plaza con su marido amordazado y la chica que Doña Carmen había secuestrado hacia unos meses para satisfacer su deseo. Quería ver la sumisión de una mujer como ella la había pasado, le reconfortaba ver a la chica tan sumisa y asustada como ella lo había estado.
Continuará........
La pequeña rebelión que se había formado en un instante desapareció por completo. Las mujeres visionarias tomaron de sus manos a las pocas niñas que quedaban en el pueblo.
- Nuestras hijas no.- Comentó una de ellas casi a modo de suplica. Hágase la voluntad de la Santísima Virgen Del Árbol Sagrado.
Todas bajaron la cabeza. Harían lo que fuese necesario para salvar las vidas de la niñas del pueblo.
Doña Carmen sonrió casi inapreciablemente. Su poder ante todas estaba todavía en pleno auge. La seguirían hasta la muerte como ya lo hicieron una vez. Aquellas mal nacidas de la ciudad no acabarían con su poder en la congregación. Ella era la elegida por la Virgen María para redimir el pecado en aquel pueblo, así había sido y así sería por siempre.
- Hay que quemarlas inmediatamente.- Alzó el bidón de gasolina y las cerillas.- Esa ha sido la palabra de la Virgen María. Doña Carmen se encontraba frente a nosotras en primera linea. El olor a gasolina nos llegó a todas.
Rita P lloraba desconsoladamente. No estaba dispuesta a morir churrascada como un filete en una cocina de tercera. Sacó un pañuelo del bolso y secó sus lágrimas.
- !Mamá, estas desatada¡.- Exclamó Mary Joe.
- Si hace un tiempo que ya lo estaba pero no dije nada por acompañaros en el suplicio. Se me hacia feo estar más a gusto que vosotras doloridas por las cuerdas.
- !Estas loca¡.- Exclamó Agatha Klein.- Corre, Corre hacia el campamento.
Rita P nos miró a todas un poco asustada. Ella, ella que nunca había hecho nada importante en la vida excepto comprar grandes trajes de Dior, era la responsable de nuestra salvación.
Bajó rauda la escalinata del patíbulo. No supo donde dirigirse. Algunas visionarias ya se habían dado cuenta.
- Mamá corre todo lo más fuerte que puedas.- Dijo su hija Mary Joe.- Si corres rápido te aseguro que papá se quedará impotente y ya no podrá follarse a esa rubia guarra de veinte años.
Rita P miró a su hija. Todo sucedió en un segundo. La idea de correr rápido y la recompensa por hacerlo si era cierto lo que decía su hija Mary Joe era completamente divina. Su marido impotente, jajajajajaaajaaaa. Comenzó a correr hacia el campamento como una loca.
- !Maldita sea¡.- Grito Doña Carmen con la cara completamente desencajada llena de ira.- !Maribel, Lucía, Alice¡. Ir tras ella y capturarla inmediatamente.- Doña Carmen había elegido a las visionarias más jóvenes y atléticas de la congregación. Aquella bruja no podía escapar y contar su secreto al resto del mundo. Su poder se vio alterado por unos momentos y esa sensación no le gustó nada.
Tal fue la sorpresa de La Duquesa Del Pepinilo Siempre Tieso Martinez De Espumosa Batida de los Batida de toda la vida cuando pudo ver a Alice Bill introducida entre aquella secta, que no pudo contener la risa de satisfacción, así que como una loca comenzó a reír.
- !Pero bueno. Y a esta que le pasa¡. ¿Como se puede reír usted con el cuadro que tenemos?. !Que nos van a quemar vivas¡. Por Dios mujer un poco de decoro.- Margarita estaba indignada.
-Mujer, serán los nervios.- Contesté extrañandome muchísimo la reacción de mi abuela.
Aquella mañana el cielo seguía encapotado, gris, triste. El ambiente era como sacado de una mala novela de Stephen King.
Doña Carmen se dio la vuelta mirando a todas su seguidoras devotas.
- La Virgen dice: Quemar a las brujas.
Todas se arrodillaron y contestaron al mismo tiempo.
- La Virgen dice: quemar a las brujas.
- La Virgen dice que, recemos hasta que sus huesos sean cenizas.- Gritó Doña Carmen.
Todas contestaron los mismo a modo de oración.
Doña carmen se giró y miro a aquella malditas hijas de puta que habían alterado sus vidas. Estaban a punto de morir. Alzó el bidón de gasolina y la caja de cerillas.
- ¿Preparadas para la quema?.- Y vertió la gasolina sobre los troncos de madera que habían bajo el patíbulo, prendió fuego a una cerilla y....
En ese mismo instante un rayo de sol se proyectó sobre la bellísima cara de Agatha. La anciana Casilda gritó:
- !Alto¡. !Es la Virgen María¡.-
Todas levantaron la cabeza para observar que el cielo estaba encapotado, pero un rayo potente de luz atravesaba las nubes y se proyectaba sobre la cara angelical de Agatha Klein.
Aghata supo lo que hacer en tan solo unos instantes. Era algo absurdo pero tenía que intentarlo. Mientras se esforzaba en desatar las ataduras.
La locura de aquellas mujeres las habían llevado a pensar que ella era la Virgen María, debido al rayo de luz y sin duda a su aspecto angelical.
- Miradme todas.- Alzó la voz Aghata.- La gloria os mira a vosotras hermanas. Miren mi cara que es la madre de Jesús.- Aghata hablaba palabras que le recordaban al convento y su tiempo pasado en el.
Doña Carmen asistía perpleja a lo que se podría decir que era una revolución divina. Esa extraña y agria sensación de perder las riendas del poder se apoderó de ella nuevamente.
- Aquí tenéis ante vosotras a vuestra Virgen Del Árbol Sagrado. Que os pide desde el corazón que os arrodilléis ante mi.
Todas asombradas, petrificadas, alucinadas pues era la primera vez que ellas también podían ver a la Virgen Del Árbol sagrado por primera vez. Ya no solo Doña Carmen era la única visionaria. En los pensamientos de todas estaba la hipótesis de Margarita, la parlanchina, de que Doña Carmen tenía a su marido en casa. ¿Sería posible tal aberración despues de lo que Doña Carmen les mando hacer con sus propios maridos e hijos?.
Todas se arrodillaron a las ordenes de Agatha Klein que confirió a sus palabras el tono sagrado del que era conocedora pues casi santa la nombraron.
- La Virgen María dice que os deis la vuelta y dejar de mirarme.- Aghata Klein ya estaba desatada. Mientras continuaba dando ordenes a las mujeres enlutadas ayudandonos al resto a ser liberadas. Solo Doña Carmen asistía a aquella locura. Mirándonos con rabia sin saber qué hacer.
- No le hagáis caso. Es la zorra de Satanás que con sus palabras os embriaga el alma.- La voz de Doña Carmen denotaba cierto temblor
Nadie le hizo caso.
- La Virgen María aquí ante vosotras.- La mujeres no podían ver el patíbulo solo oír la voz de aquella Virgen tan hermosa y guapa.- Os dice que Doña Carmen os ha mentido. No ha dicho la verdad sobre mis ordenes para con la tierra, para con esta población, para con vosotras.
Una vez liberadas todas fuimos bajando rápidamente del patíbulo y escapamos de la plaza mayor a toda prisa. Solo Agatha Klein continuó subida en el patíbulo, iba a vengarse.
- Doña Carmen tiene algo oculto. La mentira se a apoderado de ella. Lucifer la a conquistado y vosotras habéis pagado por sus pecados. Marchad todas a su casa y sacad a la luz la gran mentira.
LA CARRERA DEL CORDERO
Rita P dejó de correr como una loca a menos de un kilómetro de distancia del campamento base. Sabía que la estaban persiguiendo.
Se ocultó tras unos matorrales no sin antes sacar de su bolso la última botella de vodka y pegarle un largo trago.
- Ahhh lo necesitaba.
Escucho un ruido. Las visionarias que la perseguían estaba frente a ella pero ellas no podían verla pues los altos matorrales la ocultaban de toda visión.
La tres mujeres enlutadas se pararon jadeando por el esfuerzo. Aquella loca borracha había corrido como el mismo diablo. ¿Donde estaba?.
- Parece que ha desaparecido. Debemos continuar hacia el campamento donde las encontramos. Es el único lugar donde puede haber ido.- Dijo Maribel.
Alice Bill incorporó el cuerpo con un gesto de cansancio en su cara.
- Maribel, ven tras aquellos arbustos. Tenemos que hablar. Sé donde puede estar esa loca borracha puta infecta de babilonia.
Maribel siguió a Alice tras unos matorrales. Alice la miró fijamente. Extendió sus brazos hacia el cuello y con un giro rápido e inapreciable le retorció el cuello a Maribel, cayendo muerta en el acto.
- ¿Que ha sido ese golpe?.- Preguntó Lucia la tercera enlutada que había sido mandada por Doña Carmen para capturar a la mujer borracha vestida de marca.
Alice salió detrás del matorral dejando en el suelo el cuerpo muerto de Maribel.
- Se donde se encuentra esa zorra.- Dijo Alice sin dejar de acercarse a Lucía.
- Entonces vayamos rápido tras ella.
Antes de que Lucía se diera cuenta, Alice le agarro el cuello y lo retorció como la mejor de las guerrilleras de elite.
Rita P pudo verlo todo y por muy achispada que estuviese, aquello no tenia la menor explicación posible. Sin duda todas, todas eran unas brujas locas.
- Señorita Rita P. Salga. Sé que está ahí.
- Ja !!!.- Se le escapó a Rita P. Una vez descubierta continuó.- Cualquiera sale viendo lo que he visto.
Las ramas de los arbustos se abrieron. De repente ante Rita P se encontraba Alice Bill. Rita gritó todo lo fuerte que pudo imaginando las vértebras de su delicado cuello de cisne que tantas perlas había lucido, retorcidas.
No soportó el terror y entre el alcohol y el miedo, mala combinación, se desmayó.
Alice la tomo en brazos. Era una joven atlética y fibrada con fuerza suficiente para portar con un cuerpo de anoréxica como el de Rita P. La tomó en brazos y se dirigió al campamento todo lo más rápido que pudo.
Cuando llegó al lugar dejo el cuerpo semiinconsciente dentro del Hummer de Boris Porquicia y regresó hacia el pueblo donde sin duda haría mucha más falta que allí.
En la casa que Doña Carmen le había adjudicado, ya que era nueva en la congregación. Alice tenía oculto bajo el suelo de esa casucha todas las armas que necesitaba.
- Señorita Rita P. Salga. Sé que está ahí.
- Ja !!!.- Se le escapó a Rita P. Una vez descubierta continuó.- Cualquiera sale viendo lo que he visto.
Las ramas de los arbustos se abrieron. De repente ante Rita P se encontraba Alice Bill. Rita gritó todo lo fuerte que pudo imaginando las vértebras de su delicado cuello de cisne que tantas perlas había lucido, retorcidas.
No soportó el terror y entre el alcohol y el miedo, mala combinación, se desmayó.
Alice la tomo en brazos. Era una joven atlética y fibrada con fuerza suficiente para portar con un cuerpo de anoréxica como el de Rita P. La tomó en brazos y se dirigió al campamento todo lo más rápido que pudo.
Cuando llegó al lugar dejo el cuerpo semiinconsciente dentro del Hummer de Boris Porquicia y regresó hacia el pueblo donde sin duda haría mucha más falta que allí.
En la casa que Doña Carmen le había adjudicado, ya que era nueva en la congregación. Alice tenía oculto bajo el suelo de esa casucha todas las armas que necesitaba.
LA VERDAD OS HARÁ LIBRES
Todas la mujeres se dirigieron a la casa de Doña Carmen. Las supuestas brujas putas de babilonia ya habían escapado sin que la visionaria pudiera hacer nada ya que había perdido todo su poder sobre su congregación por más que gritase, explicase o amenazase con el castigo divino. A las enlutadas se les había caído la venda de los ojos, del alma.Ante la puerta de Doña Carmen todas esperaban la verdad que las hiciera libres.
La anciana Casilda salió de la casa llorando. Cayó de rodillas en el mismo quicio de la puerta. Miraba al cielo y lloraba desconsolada. Gritaba el nombre de Pedro su esposo pidiéndole perdón. Todas se temían lo peor.
De la casa salió una chica asustada. Vestía arapos y estaba muy sucia además de apestar a humanida. Se tapó los ojos pues el sol le molestaba. El día nublado había dado paso aun día radiante, sin duda hecho este producido por la autentica Virgen María que todas habían visto sobre el patíbulo. ¿Quien era esa muchacha que salia de casa de Dona Carmen?. Nadie de las allí presentes la conocía.
Tras la chica salio Calixto el marido de Doña Carmen vestido con un traje gris impoluto. Peinado, afeitado y perfumado. La vergüenza asomó a sus ojos que no pudo ocultar tras aquel aspecto de pulcritud. Las mujeres lo tomaron y amordazaron fuertemente llevándolo a él y a la chica desconocida hacia la plaza. Quizás al fin de al cabo la hoguera no se iba a desperdiciar.
ARMAS DE MUJER
Doña Carmen había sido durante toda su vida una mujer sumisa. Sumisa con su padre, sumisa con sus hermanos, sumisa con su marido. Su vida había sido una carrera a la soledad de la feminidad sin poder expresar los sentimientos de mujer que le ardían por dentro bajo el yugo del hombre.
Doña Carmen había recibido constantes abusos sexuales por parte de su padre y hermanos. Aquel sufrimiento la marcó de por vida y suplicó frente a la imagen de una Virgen que tenían en casa, juro vengarse del ser humano. Vengarse del diablo, vengarse del hombre.
Una vez muerto su padre y muertos sus hermanos de una extraña y repentina enfermedad. Doña Carmen tomó fuerza y barajó a su marido con las mejores armas de mujer, el sexo.
De la noche a la mañana pasó de ser una mujer con miedo y sin poder a sentir el poder por todo su cuerpo. Incluso su mente le pedía más poder, más sabiduría. Le gustaba someter a los demás a su antojo y capricho y lo consiguió con el fervor de la religión.
Se invento que había visto a la Virgen María suspendida flotando en una nube en el viejo árbol que había en la entra del pueblo. Engañó con tremendas argucias de arpía a todas las mujeres del pueblo por su sana incultura. Ahora todos, los padres, hijos y maridos pagarían por sus pecados.
Las enlutadas aparecieron todas en la plaza con su marido amordazado y la chica que Doña Carmen había secuestrado hacia unos meses para satisfacer su deseo. Quería ver la sumisión de una mujer como ella la había pasado, le reconfortaba ver a la chica tan sumisa y asustada como ella lo había estado.
ZORN. EQUIPO DE INVESTIGACIÓN.
Rita P se despertó en la limusina Hummer de Boris Porquicia. Le dolía muchísimo la cabeza. El vodka se había agotado por completo.
Se levantó y tomo un par de aspirinas. En ese instante sonó un móvil de última generación. De hecho nunca había visto uno igual en el mercado y eso que ella era de llevar siempre lo último en tecnología móvil de marca.
Se levantó y tomo un par de aspirinas. En ese instante sonó un móvil de última generación. De hecho nunca había visto uno igual en el mercado y eso que ella era de llevar siempre lo último en tecnología móvil de marca.
Rita P pudo oír una voz que salía del móvil.
- Hola. ¿Hay alguien ahí?.- Preguntó una voz de mujer.- Alice Bill nos ha informado de la situación en la que se han visto involucradas. Hola!!!!. Señora Rita P¡¡¡¡¡¡. Se encuentra usted ahí. Si es así por favor conteste.
Mónica Beretta y el escuadrón de Zorn estaba a unos kilómetros de nuestro campamento base de fin de semana de campo country.
El móvil que alguien dejó olvidado a propósito mandando señales. Había llevado al escuadro de la muerte de ZORN INVESTIGACIONES hasta aquel lugar alejado de la mano de Dios.
Mónica Beretta continuaba hablando.
- Señora Rita P. ¿Tienen algún problema?.
Mónica Beretta y el escuadrón de Zorn estaba a unos kilómetros de nuestro campamento base de fin de semana de campo country.
El móvil que alguien dejó olvidado a propósito mandando señales. Había llevado al escuadro de la muerte de ZORN INVESTIGACIONES hasta aquel lugar alejado de la mano de Dios.
Mónica Beretta continuaba hablando.
- Señora Rita P. ¿Tienen algún problema?.
Rita P tomó el teléfono móvil. !Dios Santo, era un IPhone 6¡.
Y contestó a aquella voz:
Y contestó a aquella voz:
- Si. Tenemos un problema. Nos hemos quedado sin vodka y pintauñas.
Continuará........
EN HOMENAJE A LOS FALLECIDOS POR EL ACCIDENTE FERROVIARIO DE SANTIAGO DE COMPOSTELA.